El Louvre cerró ayer a causa de un paro de 200 de sus empleados, que protestan contra los ladrones de carteras, "cada vez más numerosos y agresivos".

Los empleados, que supervisan las salas del museo y las obras de arte, dicen ser víctimas de los carteristas y también los visitantes del museo mayor del mundo, que en 2012 recibió diez millones de personas.

Según la dirección del Louvre, que dice haber presentado una queja ante los tribunales de París en diciembre pasado, "200 personas ejercieron ayer su derecho" de suspender el trabajo. Muchos empleados han sido robados por carteristas que operan en el museo, confirmaron.