Luis Soriano, estudiante de tercer año de la carrera de Ingeniería en Sistemas Administrativos Computarizados, tenía previsto  volver a madrugar en la Facultad de Ciencias Administrativas para obtener su papeleta de matriculación, luego de que en el  primer intento no consiguiera el documento.

No obstante, su plan cambió al encontrarse con las ventanillas cerradas y a un costado un cartel pegado que indicaba que de acuerdo al número de ventanillas y a la carrera los estudiantes debían dirigirse a las aulas asignadas, donde recibirían la papeleta o presentar la solicitud de matriculación, quienes aún no lo hacían.  

Esto ocurrió luego de que, en la madrugada del jueves, un grupo de estudiantes pernoctara en los exteriores de la facultad para obtener el certificado de matriculación.

El decano de la facultad, Marco Suraty Molestina, explicó que el proceso de matriculación  en  este año tuvo obstáculos porque por años se manejó un sistema informático particular, independiente del que tiene la Universidad de Guayaquil.

Sin embargo, la autoridad dijo que este desapareció porque no estaba autorizado por el Consejo de Educación Superior (CES), ni el Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (Ceaaces). “Por efecto de esto, los indicadores exigían que solo debía existir un solo sistema académico en la institución, al que la facultad no estaba integrada por culpa de las autoridades que estuvieron anteriormente”, señaló.

 Precisamente para terminar con las colas generadas por la falla, Molestina dijo que, junto con el subdecano,  preparó un plan que consistía en trasladar a los estudiantes a las aulas para que realizaran la gestión. “El reclamo que hacen es justo, sería inhumano decir lo contrario”, admitió. Pero asimismo, afirmó que no era posible que en pleno siglo XXI continuaran las colas para matricularse. “Hay que puntualizar que todos los estudiantes  tienen garantizada su matrícula”.

La Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Senescyt) desmintió en un comunicado que estos problemas estuvieran relacionados con el Sistema Nacional de Nivelación y Admisión.

El documento dice también que es responsabilidad de las universidades gestionar notas, cargarlas al sistema, brindar celeridad, agilidad y calidad en el servicio, más por tratarse de un centro de estudios numeroso en el que se forman miles de personas.