Cerca de las 14:00, los intrépidos pilotos, junto con sus equipos, se reúnen en la calle principal de la parroquia San Roque del cantón Antonio Ante. Cada equipo revisa sus vehículos. En un par de horas más, su trabajo y preparación se pondrán a prueba en la carrera número 24 de coches de madera, que se realiza por las fiestas de parroquialización de San Roque.

Daniel López, participante de la competencia, en compañía de su familia y amigos, da un último vistazo a su coche de madera.

Él compite en la categoría de llanta de aire, mientras coloca un poco de taipe en el  volante de su coche, comenta que esta es la décima ocasión que participa en esta carrera, mientras tanto, uno de sus colaboradores revisa la presión del aire en las pequeñas ruedas, y que estas se encuentren bien sujetas a la suspensión.

Daniel comenta que esta carrera tiene una historia de 24 años, pero desde hace 16 se tornó en competencia; a pesar de su experiencia, este año fue como la primera vez que compitió, ya que los organizadores cambiaron el recorrido, considerando que la pista anterior se encuentra en mal estado.

A diferencia de años anteriores, y para precautelar la seguridad de los espectadores, se colocaron vallas de contención. Darío Media, organizador, manifiesta que la competencia fue suspendida por la gran cantidad de accidentes, que en su mayoría son provocados por la imprudencia de los espectadores, por lo que para este año se delimitó el espacio para el público, así como la pista.

De igual manera, para participar  cada piloto debe contar con un equipo de protección personal. La competencia está dividida en 3 categorías: coches de madera, en la que el vehículo debe estar elaborado solo de madera, las llantas inclusive. En la segunda categoría, denominada llanta de aire, los vehículos pueden estar construidos de forma mixta, de madera y metal; y, en la tercera, llamada de fuerza libre, estos pueden ser fabricados con metal, pero con llantas superiores a un rin 13.

Darío Medina explica que esta competencia fue planificada con 2 meses de anterioridad, con cerca de 35 participantes.

El premio para el primer lugar es de $ 100 y un trofeo. El del segundo lugar es de $ 80 y un trofeo; y, finalmente, $ 60 para el tercero en cada categoría.

Fernando Colimba, competidor de Zuleta, del cantón Ibarra, en compañía de su familia coloca el coche en el balde de la camioneta, lo asegura con sogas, y emprende el trayecto por la pista por la que deberá descender junto con su primo, José Luis. Para ellos, se trata de una nueva experiencia en su trayectoria, ya que han competido en otras carreras realizadas en Zuleta, Pimampiro y Quito, por citar solo algunas.

La categoría en la que Fernando compite es de coches de madera. Su vehículo fue elaborado con eucalipto, una madera resistente.

Con este coche logró ganar algunas competencias y espera una nueva victoria en esta carrera. La camioneta donde está el vehículo asciende hasta el sector de Cerotal, parroquia San Roque. Durante el trayecto, Fernando da una serie de indicaciones a su copiloto, José.

La pista que deben recorrer está lastrada en la salida, luego continúa por un empedrado con una serie de curvas hasta llegar al último tramo, adoquinado.

Después atraviesan una línea férrea hasta llegar al parque principal de la parroquia, al pasar a la parte lastrada Felipe comenta: “Verás que aquí hay que empujar, espero que hayas desayunado”.

Ya en el punto de partida, cada piloto, junto con sus equipos, ultima detalles. Ajustan bien las llantas a la suspensión e incluso colocan un poco de grasa extra en los ejes de las llantas con el objetivo de mejorar el rodaje.

Entre tanto, los jueces de la competencia asignan las categorías y los números a cada participante. La hora fijada para el inicio de la competencia son las 16:00.

Unos minutos antes, los pilotos se apresuran a colocarse el equipo exigido como requisito para competir, el cual consta de casco, guantes y pechera de motocicleta.

Los primeros en salir son coches pequeños de exhibición, piloteados por niños de 12 años, que a su llegada a la meta son aplaudidos por el público que copa las calles de la parroquia.

En el trayecto, cerca de la meta, uno de los coches se vuelca de manera inesperada. Cuando esto ocurre, muchas personas que son parte del público parecen entender lo riesgoso de esta competencia.

Al sonido de un pito, los coches de competencia comienzan a salir, uno cada minuto; descienden a altas velocidades. El recorrido es de aproximadamente 6 kilómetros y lo realizan en un promedio de 7 minutos. Como en toda competencia, los accidentes ocurren en cualquier momento, por lo que las unidades de emergencia también colaboraron durante toda la competencia.

Al final del trayecto, los competidores detienen sus vehículos. Todos parecen tranquilos y satisfechos con la carrera en la que acaban de poner a prueba sus destrezas como pilotos. Todos realizan impresionantes derrapes; levantan polvo del suelo y la gente aplaude.

Los resultados no importan, pues al salir de sus vehículos, los audaces pilotos comienzan a festejar junto a sus familiares y amigos. (I)

DATOS

La parroquia San Roque, el poblado más antiguo de Antonio Ante, inició sus festividades de aniversario, al conmemorar 117 años como parroquia civil.

En esta parroquia se celebra el Pregón de la alegría, con la participación de delegaciones de los barrios, comunidades, clubes, asociaciones y demás instituciones del cantón y la provincia.

El pregón arrancó con las autoridades de orden parroquial, cantonal y provincial presididas por el alcalde de Antonio Ante, Fabián Posso, concejales y el presidente del Gobierno Parroquial, entre otros.

Durante estas celebraciones también se desarrollan varios eventos religiosos. La competencia de coches de madera es una de las más tradicionales y concita el interés ciudadano. También se efectúan varias corridas de toros.