Hace 20 años que la zona conocida como la ‘Y’, en El Cajas, inició su expansión. Hoy, este sector es uno de los más visitados por los turistas. Los moradores aseguran que esto se lo deben a 2 factores: los hermosos paisajes con los que cuenta Imbabura y la gastronomía.

“Siempre paro a desayunar aquí. No me puedo perder de comer unos ricos bizcochos con manjar y queso de hoja”, afirma Gladys Orbe, quien se dirige hacia Atuntaqui en búsqueda de prendas de vestir con las que abastecerá su local comercial, ubicado en el Sur de Quito.

Enrique Garcés es el administrador de uno de los 6 establecimientos más concurridos del sector: Jardín de Cajas, un tradicional paradero que abrió sus puertas hace más de 20 años. Este establecimiento —según comenta su administrador—, fue el pionero en la venta de bizcochos y otros alimentos.

Posteriormente, La vaquita pecosa, Cafetería las delicias de Cayambe y Tío Cajas restaurant cafetería imitaron la iniciativa. La oferta de alimentos ha logrado que el sector se convierta en un importante espacio gastronómico en la frontera entre Pichincha e Imbabura.

El significativo avance en cuanto a vialidad también ha sido un factor esencial para su desarrollo. La ampliación de 18 kilómetros en la vía El Cajas-Otavalo, que se inició en 2012, es la primera parte del plan de mejoramiento vial impulsado por el Ministerio de Obras Públicas y los Gobiernos Cantonales, que culminará en este 2017.

De esta forma, el buen estado de las carreteras ha posibilitado un incremento en el número de turistas que usualmente se movilizan hacia los diferentes sitios turísticos y comerciales de Imbabura.

En los establecimientos se reúnen familias y amigos

Carlos Peñafiel, quien viaja desde Quito hacia Otavalo, asegura que los establecimientos son el punto de encuentro de familias y amigos al situarse en una zona estratégica.

“La ubicación es perfecta. Hay que tomar en cuenta que hasta llegar a El Cajas casi no hay sitios donde se pueda comer o comprar algo, sobre todo los típicos bizcochos, tampoco los hay después”.

Los ya tradicionales paraderos abren sus puertas de 06:30 a 01:00, y son la fuente de empleo más amplia en el sector. Jardín del Cajas, por ejemplo, emplea a 5 moradoras de la zona, quienes atienden a un promedio de 70 personas al día.

Los artesanos también se han beneficiado con el incremento de turistas. Artículos elaborados artesanalmente con totora, como esteras, paneras y llaveros pueden ser adquiridos, así como también bufandas, gorros y otros artículos tejidos a mano. (I)

El café, elqueso de hoja y los biscochos son especialidad de la zona. Foto: Carina Acosta / EL TELÉGRAFO