Para Aurio Cevallos, de 80 años, no hay ningún compromiso social que pueda interferir en su rutina vespertina. Todos los días, desde las 15:00, sale de su vivienda ubicada en el barrio Los Pinos, en Riobamba, y se dirige con paso lento hacia el parque General Barriga.

Allí lo esperan sus amigos de toda la vida para iniciar una mesa de Rummy o también de Cuarenta (juegos de naipes). La mayoría sobrepasa los 60 años. Todos se conocen y no superan el grupo de los 20.

A pesar de la edad de los integrantes de esta cofradía, el entusiasmo y la alegría que demuestran  contagian a los espectadores que se acercan a observar los detalles de la singular reunión.

La destreza de los jugadores es envidiable, al igual que el buen humor. “Marido tienes”, “dos más por shunsho”, “con esta te caigo”, “38 que no juega”, etc., son las frases que pronuncian con jocosidad.  En este parque, el Cabildo riobambeño instaló 5 mesas con 4  bancas de cemento cada una.

Estos espacios son muy bien aprovechados por los jugadores. Después de acomodarse sacan una rodela de metal del bolsillo, con el propósito de colocar un objeto que haga peso sobre sus cartas y no se vuelen con el viento.

Según ellos, el caprichoso giro del viento podría ser aprovechado por los contrincantes. Como no podría ser de otro modo, las apuestas ayudan a “volver más interesante cada partida”. Las cantidades por mesa varían entre $ 0,10 y 0,90.

No ganan mucho, pero las bromas abundan, pues —según los expertos— estas “ayudan a desconcentrar a los compañeros parque se olviden de las cartas que ya salieron”.

Al respecto Cevallos explicó que más que el dinero, las reuniones les sirven a todos para mantener la mente ocupada. “Tenemos edades avanzadas, pero somos excelentes en hacer cuentas y nunca fallamos en las sumas”, dijo Cevallos.

Aunque se desconoce quién lo inventó, muchos señalan que nace de un juego español llamado Tute, el Cuarenta es un juego que necesita de memoria y paciencia.

Se lo puede practicar entre una pareja o dos y cada una debe tratar de juntar 40 puntos que se van acumulando con caídas, rondas, cartón y ‘un perro’ el cual se adquiere cuando se logra reunir 10 puntos. “Lo más importante es que los jugadores se acuerden de las cartas que ya salieron, por eso la memoria es esencial y nosotros somos muy buenos para eso”, señaló Jorge Horna, diestro en el juego.

En el sur de la ciudad

A la par, en el parque La Dolorosa más de 80 personas de casi todas las edades practican el juego de la pelota nacional y la mamona.

El primero consiste en tomar una pelota hecha con cuero y lanzarla por el aire con la mano. Involucra a 6 jugadores. Para muchos este entretenimiento es parecido al tenis, pero sin raquetas.

Por más 70 años este deporte se ha mantenido en los parques de Riobamba y sus integrantes buscan que estE juego tradicional no se pierda. Por eso realizan periódicamente campeonatos nacionales e internacionales.

Marco Quiroz, presidente del Comité de la Pelota Nacional en Chimborazo, dijo que es importante seguir cultivando este deporte, pues muchas generaciones lo han practicado en el Ecuador.

“Este es un deporte autóctono de Chimborazo, que merece la atención de los jóvenes. Ahora la mayoría de chicos no se despega de la tecnología lo que no es malo, pero el practicar este deporte es lo mejor que alguien puede hacer. Rescatamos nuestras costumbres y también nos mantenemos en forma”, mencionó Quiroz.

A una cuadra de este sitio, unas 10 personas se reúnen en una cancha de tierra diseñada para jugar con las bolas de acero y los ‘cocos’. Este pasatiempo consiste en arrojar las esferas metálicas lo más cerca posible a una circunferencia que se trazó en el suelo.

DATOS

Lo importante en el juego de los ‘cocos’ es recordar el sitio exacto donde quedó la bola de acero en relación al círculo y evitar que esta ingrese dentro de la figura.

Pablo Zurita es uno de los jugadores más experimentados en los ‘cocos’. Este pasatiempo le causa añoranzas de su infancia, en la Riobamba de hace 60 años cuando aprendió a jugar con su padre.

Gracias a estos grupos de adultos mayores, los juegos tradicionales se mantienen en Riobamba. Sin embargo, se ha vuelto un reto grande tratar de involucrar a los jóvenes en estas prácticas.

Para los adultos, estas prácticas tradicionales ayudan a las nuevas generaciones a apreciar y practicar valores humanos como la ética, responsabilidad, solidaridad y la honestidad.