Cientos de turistas de Guayaquil, Quito, Babahoyo, Ambato, Latacunga y otras ciudades llegaron la mañana del pasado sábado a la famosa y productiva parroquia rural Salinas, del cantón Guaranda.

Esta pequeña población, ubicada a 3 horas y media de la capital, se convirtió en uno de los principales destinos turísticos durante el feriado del 2 de noviembre.

Esto debido a que el Municipio de Guaranda, el Ministerio de Turismo y productores lácteos del lugar realizaron del 31 de octubre al 2 de noviembre, el VI Festival del Queso, evento que busca potenciar el turismo y la elaboración de productos derivados de la leche.

El programa incluyó ferias gastronómicas, competencias deportivas, programas culturales, presentaciones musicales, danza y más demostraciones artísticas.

Solo en el primer día del festival llegaron al lugar cerca de mil visitantes. Este flujo de personas es fundamental para el desarrollo de esta población de aproximadamente 12 mil habitantes, que desde hace más de 10 años empezó a beneficiarse del turismo.

Isaac Gómez, presidente de la Junta Parroquial de Salinas, destacó la importancia de este evento para los ganaderos y demás moradores de la localidad.

“Uno de los principales productos que aquí se elabora es el queso. A diario más de mil reses abastecen la empresa El Salinerito, la cual fabrica quesos gruyer, mozzarella, parmesano, fresco, emmental, yogur de diferentes sabores y otros productos. Por tal razón esta feria busca demostrar al país la excelente calidad de nuestra producción, fortalecer los sistemas de comercialización directa y mostrar los encantos que Salinas posee”, dijo.

Gómez explicó además que la industria láctea del lugar vio la luz hace más de 40 años, cuando un grupo de misioneros salesianos procedentes de Italia llegaron a cambiar la realidad del pueblito.

“Ellos, con amplia experiencia en Economía Popular y Solidaria, vieron la necesidad de procesar la gran cantidad de leche que a diario se produce en la parroquia y así dar trabajo a los salineros y erradicar la pobreza y miseria que había en Salinas”, dijo.

Buena acogida de los visitantes

La mañana del sábado al menos 30 productores locales armaron sus estands en la plaza principal del pueblo; lo mismo hicieron comerciantes de frutas deshidratadas, champiñones y otros hongos, embutidos, chocolates, crema de cacao, productos también elaborados en el pueblo. Pese a las bajas temperaturas, desde muy temprano los visitantes allí aprendieron más sobre la obtención de leche, procesos de separación del suero, maduración del requesón, almacenamiento y comercialización del producto.

Allí además participaron de la cata del queso, en la que los productores enseñaron a reconocer la clase, tiempo de maduración y calidad del producto.

“En Ecuador se conoce poco de las especies de queso que existen. Es importante que todo buen comensal conozca las variedades del producto, sus virtudes así como las diferentes aplicaciones que tiene en gastronomía”, dijo Carlos Sánchez, productor lácteo.

El kilo de queso fresco está valorado en $ 3; de parmesano, en $ 4; y de gruyer, en $ 5. Además aquel día se expendieron porciones de todos los quesos, es decir trozos de todas las variedades con el fin de racionar el uso en diferentes ocasiones.

“No es lo mismo un mozzarella que un gruyer. El primero es el ingrediente perfecto para pizzas y el segundo, entre sus tantas aplicaciones, puede ser usado como un entremés acompañado de aceitunas y un vaso de vino tinto”, explicó Mariela Puig, española experta en productos lácteos. De igual forma ocurrió en los puestos de venta de embutidos.

“Otros de los productos que aquí se elaboran son los chorizos, mortadelas y salchichas. Muchas fábricas además preparan jamón serrano, una verdadera delicia que en el país casi no se conoce”, dijo José Miguel Caiza, fabricante de embutidos.

Frutas deshidratadas

La feria estuvo completa con la venta y degustación de frutas deshidratadas, diferentes variedades de hongos de bosque, chocolates y otras variedades de dulces.

Marcelo Manobanda, fabricante de este primer producto, explicó los antecedentes de su elaboración y las ventajas de su consumo.

“Esta labor tiene más de 10 años en Salinas. Nació como una idea complementaria a los emprendimientos tradicionales que los hermanos salesianos desarrollan en nuestra población, es decir elaboración de queso, yogur y chocolates. Al ser un producto seco, el fruto conserva sus propiedades intactas y elimina, a través de la deshidratación, toxinas de ambientes húmedos y mata bacterias”, dijo.

Por menos de $ 2, los turistas pudieron comprar porciones de 2 libras de piña, manzana, babaco y papaya deshidratadas.

Por el mismo precio se vendía medio kilo de hongos aptos para el consumo. Entre ellos champiñones y setas, 2 variedades que crecen de forma inmediata.

“La ventaja del champiñón es que una vez sembrado puede ser recogido a la mañana siguiente. Esto porque es una especie de esponja vegetal que asimila de forma inmediata las sales, minerales y demás bondades naturales del suelo”, mencionó Lorena Suárez, productora de hongos.

Mientras la salinera vendía porciones de hongos a los curiosos turistas, su esposo Vicente, explicaba con ayuda de un cartel las propiedades de estas especies vegetales y sus ventajas en la salud.

“Los hongos, en su gran mayoría, poseen proteínas de alto valor biológico, lo que significa que aportan a nuestros cuerpos todos los aminoácidos esenciales que necesitamos al día. Además son ricos en oligoelementos y minerales, entre ellos hierro, potasio, fósforo y vitaminas del complejo B y C”, dijo.

Chocolates y otros dulces

La elaboración de chocolate es otra de las actividades que caracterizan a esta parroquia. La empresa El Salinerito, además de quesos y yogur, también elabora deliciosos chocolates en diferentes presentaciones.

Antonio Polo, sacerdote italiano de la orden Salesiana, es considerado el ‘transformador’ de Salinas, pues ha impulsado todas las industrias allí presentes.

“Más que una tradición gastronómica, la elaboración de chocolate es una oportunidad laboral para muchos habitantes de Salinas. Ellos han podido salir adelante gracias al trabajo en la industria y brindar a sus hijos la oportunidad de estudiar y superarse, algo que en la época de los setenta era imposible”, dijo.

Él, al igual que otros religiosos, llegó a Salinas hace más de 4 décadas y constató las deficiencias que el pueblo tenía en ese entonces.

“En aquel tiempo Salinas era un puñado de haciendas a merced de terratenientes. Tras la apertura de la primera procesadora láctea, el desarrollo de la parroquia ha ido en ascenso, tanto así que es una de las pocas localidades del país, cuya tasa de desempleo es cero”, agregó. Allí se elaboran chocolatinas, caramelos, alfajores, grageas de cacao, barras y chocolate en polvo.

Suelo privilegiado

Salinas tiene una altura de 3.700 metros sobre el nivel del mar y grandes reservas boscosas. Estos 2 aspectos favorecen la existencia de grandes extensiones de potreros que crecen con la lluvia, por lo cual no poseen químicos. Esto nutre de forma natural al ganado que allí se alimenta.

A diario, cientos de vacas, terneros y toros, se alimentan libres por los prados del sector y en las cercanías de las Minas de sal.

Este es el principal atractivo turístico del lugar y del cual toma nombre la localidad. Se ubica sobre un gran peñasco situado en la entrada del pueblo.

Hace 40 años la obtención de sal en grano era, después de la agricultura, la principal actividad económica. Hoy solo 3 personas continúan con esta tradición. (I)