Más de un millar de habitantes del este de la ciudad siria de Alepo fueron evacuados con cuentagotas ayer a causa de una tormenta de nieve que dificultó la salida de los convoyes de la segunda ciudad de Siria, a punto de caer en manos del gobierno. Activistas estiman que aún quedan 3.000 personas, la mayoría es de insurgentes, en la zona.

El proceso de evacuación se realiza a un ritmo irregular y el fin de semana pasado fue suspendido debido a desacuerdos entre las partes a propósito de la evacuación de dos localidades chiitas sitiadas por los rebeldes en la provincia vecina de Idlib.

El fin de la evacuación permitirá al Gobierno sirio sellar la victoria militar más importante desde 2011, cuando comenzó la guerra que causó 310.000 muertes y el desplazamiento de la mitad de la población.

Los habitantes que quedan en el este de Alepo, desprovistos de todo, entre ellos mujeres, niños y ancianos, esperan bajo la nieve salir de la ciudad en la que son asediados hace meses, sufriendo los bombardeos de los aviones sirios y rusos contra las milicias rebeldes.

Más de 25.000 personas, entre rebeldes y civiles, abandonaron Alepo desde el 15 de diciembre, informó la Cruz Roja. (I)