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La población requiere material médico y alimentos

La ayuda humanitaria aún no llega a Alepo, la ONU exige garantías por bombardeos

Un niño bebe agua de un pozo en el pueblo sirio Arbin, en la región de Guta, donde rige la tregua.
Un niño bebe agua de un pozo en el pueblo sirio Arbin, en la región de Guta, donde rige la tregua.
Foto: AFP
14 de septiembre de 2016 - 00:00 - Agencias Prensa Latina y AFP

Damasco.-

Las posiciones del Ejército sirio en Alepo fueron atacadas la noche del lunes por grupos armados rebeldes, que no respetaron la tregua que busca poner fin a 5 años de guerra. En tanto, los civiles sitiados en Alepo esperan ayuda humanitaria.

Grupos opositores armados lanzaron proyectiles de mortero contra posiciones del Ejército sirio en la zona de las academias militares del barrio Al Ramusa, en el sur de Alepo, norte del país.

Cerca de la misma ciudad, en Castelo, se produjo un ataque similar con fuego de mortero y en una carretera de la provincia de Alepo hubo tiroteos de grupos armados contra posiciones del Ejército sirio.

“Insurgentes violaron la tregua con ataques de francotiradores contra el distrito del palacio de justicia en la localidad Al-Zahra”, denunció el Ministerio sirio de Defensa.

También se registraron ataques en la zona rural Hama y en el este de Guta. Sin embargo, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) indicó que no se registraron muertes en el país desde el lunes que entró en vigor la tregua, que durará 7 días y excluye a los grupos yihadistas Estado Islámico (EI) y Frente de la Conquista del Levante (FCL), antiguo Frente Al Nusra, antes afiliado de Al Qaeda en Siria.

El pacto fue aceptado por la Coalición Nacional Siria, principal alianza política opositora, y por el Ejército Libre Sirio (ELS), pero criticado por una veintena de facciones opositoras. Diversos grupos armados firmaron un comunicado en el que no aclaran si secundarán o no la tregua y lamentan que excluya al FCL, pero incluya a las milicias sectarias extranjeras que luchan junto a las fuerzas del presidente sirio, Bashar al Asad, y “perpetran crímenes contra Siria”.

Sin embargo, estas formaciones rebeldes acogieron positivamente la entrada de asistencia humanitaria a los barrios asediados de Alepo.

Una tregua desequilibrada

El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, que negoció el acuerdo con su homólogo ruso, Sergéi Lavrov, consideró que la tregua podría “ser la última oportunidad de salvar Siria”.  

Rusia es el principal aliado del Gobierno sirio y hace un año lo apoya con bombardeos dirigidos contra el grupo terrorista EI; también ataca zonas en manos rebeldes.

Por su parte, Estados Unidos apoya a varios grupos opositores que pretenden derrocar a Al Asad y lidera ataques aéreos de una coalición internacional contra el EI.

Para el analista Gilles Dorronsoro, investigador en ciencias políticas, en Siria rige un alto al fuego desequilibrado por los diversos intereses de los actores. Explicó a RFI, que la tregua responde al interés de los rusos de alcanzar cierta estabilidad en los alrededores de Damasco y consolidar los avances realizados en Alepo, mientras los estadounidenses quieren disociar al antiguo Frente Al Nusra (antes afiliado a Al Qaeda, y al grupo Estado Islámico) del resto de la insurrección. Para Dorronsoro, la compleja posición de Washington no ofrece una salida clara del conflicto.

Si el alto al fuego se mantiene, las agencias de las Naciones Unidas (ONU) podrán distribuir ayuda humanitaria en Siria a miles de personas que viven en las zonas sitiadas. “Estamos esperando que el cese de hostilidades sea realmente efectivo. Necesitamos paz para que los camiones puedan empezar a moverse y los humanitarios no estén en peligro mortal”, mencionó Jens Laerke, portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios del organismo.

El Gobierno sirio rechazó la entrada de ayuda humanitaria en Alepo que no esté coordinada previamente con Damasco y la ONU, especialmente la que llegue de Turquía.

Según las Naciones Unidas, en las primeras distribuciones previstas se entregará ayuda alimenticia en el este de Alepo, que desde julio no ha tenido apoyo de la organización, cuando las fuerzas del Gobierno le impusieron un primer sitio.

En la ciudad de Duma, cerca de Damasco, también sitiada por los rebeldes, lo que más requieren es material médico y alimentos. “Esperamos que nuestros depósitos se llenen de medicamentos”, indicó Yaser al Shami, director de un hospital de la ciudad.

El enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, espera que se mantenga la tregua para relanzar las negociaciones de paz y poner fin a la guerra, que, según el OSDH, ha cobrado la vida de al menos 301.781 personas y causado más de 2 millones de heridos. Otras ONG dieron la cifra de 470.000 muertos hace meses. (I)

DATOS

La cantidad de muertos superó los 301.781 desde que comenzó el conflicto en marzo de 2011, según un nuevo balance anunciado este martes por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

Más de la mitad de los sirios dejaron sus hogares y cerca de 5 millones de personas encontraron refugio en los países vecinos, Líbano, Jordania y Turquía, según las organizaciones no gubernamentales.

La ONU estimó que casi 600.000 personas viven en 18 zonas o localidades, de las cuales unas 450.000 están sitiadas por el Ejército.

A finales de agosto el régimen levantó el sitio de Daraya, cerca de la capital reconquistada por el Ejército.

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