El presidente sirio, Bashar al Asad, está ganando terreno a los rebeldes. Es la consecuencia táctica de su última ofensiva militar apoyada por el Ejército ruso. Sin embargo, las consecuencias humanitarias se agravan.  Miles de desplazados que huyen de Alepo para buscar refugio de las bombas están bloqueados en la frontera con Turquía.

Con la ayuda de los aviones de combate rusos, que desde el lunes lanzaron cerca de 1.000 bombardeos en el norte de Siria, las tropas del gobierno de Bashar al Asad lograron tomar la localidad de Rityan, estrechando el cerco sobre Alepo.

El régimen sirio ha logrado importantes victorias, gracias al apoyo de la aviación rusa, retomando posiciones en Alepo (norte), Latakia (noroeste) y la provincia de Deraa (sur), fronteriza con Jordania.

Así, los rebeldes se encuentran en la peor posición desde el principio del conflicto en el país, dividido entre las zonas que controla el Gobierno, los territorios en los que opera el grupo yihadista Estado Islámico y las localidades bajo el mando de otros grupos armados.

Algunos analistas estiman que si se mantiene esta tendencia, este podría ser el principio del fin de los grupos rebeldes sirios no afiliados a organizaciones yihadistas.

Sin embargo, son los civiles los que están sufriendo las consecuencias, a juzgar por la catastrófica situación humanitaria en el país.

Tras el avance de las tropas del régimen, miles de personas huyeron de la provincia de Alepo y están bloqueadas en la frontera con Turquía.

Un video difundido en internet por activistas muestra a cientos de personas, muchas de ellas menores, que caminan hacia un puesto fronterizo, con bolsos de plástico al hombro. Otras parecen haber huido con lo puesto.

“Tuvimos que huir de nuestros hogares por culpa de Rusia, de Irán y de Bashar, y también de Hezbolá”, cuenta en el video un niño, que le pide al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que los deje entrar en su territorio.

En el video un hombre efectúa un llamado a los países de la región.

“¿Dónde están? ¿Turquía, Arabia Saudita, Catar? ¿Dónde están los musulmanes para ayudarnos?”, exclama un hombre lleno de rabia, mencionando a los países que apoyan a los rebeldes.

El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, precisó que alrededor de 10.000 sirios se encuentran ahora esperando en el cruce de la provincia turca de Kilis en la frontera con Siria y que al menos otros 60.000 refugiados en los campamentos ubicados en el norte de Alepo se dirigen a Turquía.

Cierran corredor humanitario

Pero mientras miles de personas están a la intemperie cerca de la frontera turca, otros se encuentran atrapados en las localidades controladas por los rebeldes y que son  blancos de ataques de las fuerzas sirias y rusas.

La agencia de ayuda humanitaria estadounidense Mercy Corps se vio obligada a suspender la distribución de alimentos en varias localidades del norte de Siria por los intensos bombardeos aéreos que acompañaron a la ofensiva militar del Gobierno de Damasco.

“Se siente como que está por comenzar un estado de sitio en Alepo”, dijo David Evans, director para Oriente Medio de Mercy Corps, que agregó que la ruta humanitaria más directa hacia Alepo fue interrumpida.

La OTAN dijo que los ataques de Moscú socavaron los esfuerzos de paz, pero Rusia afirmó que sus objetivos en Siria se limitan a bombardear a Estado Islámico y al Frente al Nusra, ambos excluidos de las negociaciones que se realizaron en Ginebra. Otros Estados árabes y occidentales, que apoyan a la oposición, afirman que ha atacado a grupos rebeldes suníes y no a los proscritos. (I)