El fútbol no conoce de merecimiento y más allá de ser una frase hecha y de la cual pueden salir muchas aristas, tenemos que evolucionar en el análisis de este juego que hoy se potenció gracias al gran nivel que están mostrando los actores principales que son los jugadores, como los secundarios, sean entrenadores, preparadores físicos, sin olvidarnos de los dirigentes. Ya recorrimos gran parte de estos cuartos de final y la tónica de los partidos me deja una aseveración importante y es que las selecciones demostraron que las distancias futbolísticas de años pasados ya no existen, y que hoy la diferencia la marcan el convencimiento de una idea y por sobre todo las capacidades individuales y colectivas. Los números son fríos y dirán que Brasil eliminó nuevamente a Chile, y por eso son solo números, para reflejar estadísticas, pero nosotros debemos resaltar ese gran duelo que jugaron 2 planteles sudamericanos brindando un espectáculo y enseñando a los eternos y a los nuevos fanáticos la esencia de este deporte, con su entrega, talento y hombría en los 120 minutos que duró la batalla. Este Chile de Sampaoli no sabe otra cosa que trabajar en quinta a fondo, y así le jugó al local dando una lección de honestidad sobre sus ideales futbolísticos que fueron detenidos por el poste del arco rival.

Brasil un gran anfitrión en términos generales, aunque sin brillar como antaño ya que sus megas estrellas ahora comentan por televisión, se arremangó y puso todo su caudal para tratar de superar y contrarrestar a su rival de turno apelando al suplicio general y a las manos del reconocido Julio César. Los dirigidos por Scolari saben que pasaron una gran prueba, pero también que quedaron tocados físicamente por el gran desgaste y que las dudas iniciales siguen presentes. Observando lo que aconteció entre la naranja mecánica de Van Gaal y los aztecas queda muy expuesto que los genes juegan un papel muy importante y así lo demostró México que hace 2 meses ingresó a esta Copa del Mundo por la puerta trasera sin saber cómo lo hizo. La mayoría de las charlas entre amigos comienzan con un “lo ganó sobre la hora Holanda”, a lo cual respondo, eso son datos nada más, porque si se estipula un tiempo y todos los goles valen uno, quiere decir que el conjunto europeo tuvo a su disposición mayores argumentos que fueron plasmados en la red del inmenso Ochoa en 2 ocasiones y también como el local, sirvieron para eludir quizás a uno de los rivales más complicados del torneo. Con certeza el duelo que menos dramatismo tuvo fue el vivido en Río de Janeiro, lugar ideal para que los cafeteros con 2 perlas de su nuevo ‘nene mimado’ llamado James Rodríguez pusieran en el avión de retorno a un equipo golpeado anímicamente como el charrúa, que no tuvo respuestas de ningún tipo después de la mediática salida de Suárez. Dejo para el último tramo a los ‘ticos’, porque considero que se merecen un aplauso inmenso no solo por sus victorias, algunas un tanto sufridas como la del domingo, sino por su valentía para enfrentar cada compromiso asumiendo el gran momento histórico que están viviendo representando la camiseta de su país. Del otro lado estaban los ‘helenos’, que por cuestiones naturales no saben lo que es rendirse exprimiendo todo su orgullo, dejando en alto su reconocida constancia. Esto se pone cada día más interesante, y con el correr de los pocos días que quedan y de los partidos por jugar iremos seguramente vislumbrando a las selecciones que tengan la capacidad e hidalguía necesaria para poder estar el 13 de julio en el mítico Maracaná.