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El Telégrafo
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Desde pop star se inicia una larga data de competencias de forma permanente en la televisión nacional

“Quería ser yo misma, aunque la gente me sugería decir cosas para quedar bien”

“Quería ser yo misma, aunque la gente me sugería decir cosas para quedar bien”
03 de octubre de 2015 - 00:00 - Redacción Medios

Los realities concurso no desaparecen de la televisión ecuatoriana. A inicios del siglo XXI, Pop Star Ecuador se convirtió en uno de los primeros de este tipo en la televisión abierta local. En su momento generó un gran movimiento de audiencia con elementos que acompañaban el proceso de formación de una banda hasta en el tras cámaras, al límite con las motivaciones y la historia personal. Le siguen casos más recientes y con menos producción de por medio tras bastidores, como Cantando por un sueño, en Gama TV; Yo me llamo, y La voz, en Teleamazonas.

En este contexto se inserta Ecuavisa con Ecuador tiene Talento, programa que va por su cuarta producción. En este se ha hecho evidente que la medición de la audiencia ya no solo se refleja en los votos del público por un determinado participante o el informe de Ibope, sino también a través de las redes sociales, donde se viraliza su contenido y se generan comentarios sobre la percepción de los usuarios.

En las dos últimas semanas los detonantes han sido los cuestionamientos hechos por tres de los cuatro jueces de Ecuador tiene Talento a Carolina Peña, adolescente de 17 años que busca ser conocida como cantante, por haber dicho que no cree en Dios.

Cuando Peña inició su postulación en Ecuador tiene Talento respondió a todos los cuestionamientos sobre su vida privada y la de su familia. El programa en busca de talentos trabajaba en las variables del perfil del candidato, no solo en sus intereses artísticos. Peña pensó en ser transparente en todo momento: “quería ser yo misma, a pesar de que la gente me sugería decir cosas para quedar bien”, explicó en entrevista con este diario.

Para la comunicadora Inmaculada Gordillo, que los personajes anónimos se representen ante la pantalla exhibiendo parte de su vida se relaciona con el síndrome de Eróstrato: “una persona busca la autoafirmación dentro de un mundo masificado con una mayoría de vidas grises y burocratizadas que contrastan con la luminosidad de las estrellas de cine o televisión”.

Media hora antes de subir al escenario para cantar ante el jurado a Carolina Peña le repitieron una pregunta en particular: “¿Crees en Dios?”. Fue la misma que luego le hizo María Fernanda Ríos, una de las juezas que rechazó su participación (marcó la X) cuando la concursante no había culminado su actuación. Días más tarde vino la difusión masiva en redes sociales de un fragmento de la escena.

De acuerdo al software Topsy, durante las últimas semanas se han generado más de cuarenta mil tuits sobre el programa, con cuyo cuestionamiento se busca una reacción por parte de los auspiciantes y disculpas por parte de los jurados. “Deberían pedirle disculpas públicas a Carolina Peña, y no dejar que se discrimine a nadie”.

Avon anunció que retiraría su auspicio al programa. Movistar subió un comunicado manifestando su respeto a los pensamientos, ideologías y creencias de cualquier sector.

La Superintendencia de Comunicación tramitará la denuncia presentada por la Asociación Ateísta Ecuatoriana en contra del programa Ecuador tiene Talento. Ellos se acogen a los artículos 61 y 62 de la Ley de Comunicación sobre el contenido discriminatorio.

En 2014, el mismo programa, en su tercera edición, recibió una denuncia del Consejo Nacional de Discapacidades por un comentario de Wendy Vera.

Luego de la presentación de un concursante con un pavo, que supuestamente tenía la habilidad de bailar, pero no lo hizo, la jurado comentó: “¿es autista el pavo?”.

Durante la misma semana en la que el caso de Carolina Peña se hacía viral en redes sociales, también se difundió la historia de un ecuatoriano migrante en Estados Unidos que pasaba a la siguiente etapa de un programa reality, similar a Ecuador tiene Talento.

“He visto muchas fotos donde dicen que un ecuatoriano se luce en Estados Unidos por su talento y una ecuatoriana busca mostrar su talento y le caen por la religión. Es una cosa súper cultural”, dijo Peña.

La participante continuará con la siguiente fase porque espera hacerse conocer y lograr sus objetivos, indistintamente del medio.

En Ecuavisa, este lunes se transmitieron varias afirmaciones de los jurados en las que rechazan la idea de la discriminación: “No me arrepiento de mis palabras porque nunca la juzgué, solo le pregunté y la curiosidad es una cualidad natural del ser humano”, dijo Vera.

Peña, por su parte, dijo que presentaría una solicitud del derecho a la réplica, pues no se le comunicó sobre la nota que se pensaba realizar y de su versión se usó un fragmento de una entrevista después de su participación. “No me parece que puedan dar 6 minutos de su versión, otro también, y yo no pueda decir nada”, agregó la participante.

El crítico de televisión Omar Rincón consideró en entrevista con este diario que “desde el punto de vista cultural, ahí está expresada una manera de ser de Ecuador que no se puede cambiar por decreto. Al gobierno le puede interesar preguntarse qué tipo de país queremos construir y cuál quieren construir los empresarios que hacen televisión, o los ciudadanos que se prestan para eso”. Para Rincón, el suceso podría aprovecharse para apuntalar lo reflexivo. “Las cosas no son de control ni de prohibición sino de conversación pública y esto es una oportunidad para conversar públicamente”. (I)

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