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Los primeros temas generalmente eran interpretados por bandas militares en las retretas

Las raíces sonoras del pasillo

Las raíces sonoras del pasillo
06 de diciembre de 2015 - 00:00 - Ángel Emilio Hidalgo, Historiador

Existe una conocida versión sobre el supuesto origen del pasillo ecuatoriano que lo relaciona con el ejército del Libertador Simón Bolívar, el cual llegó desde Colombia, en 1822. Sin embargo, no hay referencias documentales, sino hasta muchos años después, pues se sabe que hacia la segunda mitad del siglo XIX, el pasillo era parte de los bailes de salón de la oligarquía terrateniente y ya habían surgido los primeros compositores del género: los quiteños Carlos Amable Ortiz, Antonio Nieto y Aparicio Córdoba, compositor este último de ‘Los bandidos’, pieza musical considerada, según los expertos, como el primer pasillo ecuatoriano.

El historiador de la música Pablo Guerrero Gutiérrez recoge un valioso testimonio del periodista Alejandro Andrade Coello, quien en un artículo publicado en 1913, refiere que “el pasillo es introducido en Quito recién en 1877, bajo el gobierno de Veintimilla, por dos agregados diplomáticos colombianos, entre los que se hallaba el conocido poeta Rafael Pombo”.[1] Respecto a la obra temprana de los compositores ecuatorianos de pasillo, Guerrero Gutiérrez destaca a ‘La patria en el Ecuador’ como el primer pasillo de Carlos Amable Ortiz, compuesto en 1881. En los siguientes años vendrán los pasillos ‘Luis’, ‘Mi corazón en pedazos’ (ambos de 1882), ‘Un recuerdo’ (1885), ‘El proscrito’ (1886), ‘Mi dolor’ (1887), ‘El artillero’ (1892), ‘El saludo a mi amigo’ (1896), ‘Te admiro’ (1897), así como valses, pasodobles, galopes y marchas. Interesa saber que estos primeros pasillos generalmente eran interpretados por bandas militares, en las retretas y otras presentaciones públicas que se hacían en las plazas de las ciudades durante las ‘fechas cívicas’. Sin embargo, el pasillo desde sus inicios mantuvo una lírica intimista que contrastó con los himnos y marchas que avivaban sentimientos patrióticos.

Si bien el foco de irradiación del pasillo ecuatoriano inicialmente estuvo en la Sierra y particularmente en Quito, donde se mezcló con la sonoridad del yaraví indígena en un proceso que los investigadores Pablo Guerrero y Juan Mullo han llamado “yaravización del pasillo”, es en la Costa y particularmente en Guayaquil donde el pasillo logra un auge importante, gracias al desarrollo de la técnica fonográfica, a inicios del siglo XX.

El investigador y coleccionista Alejandro Pro Meneses sostiene que entre 1903 y 1906 se grabaron los primeros pasillos ecuatorianos en Europa.[2] A los pocos años, en 1912, por primera vez se hicieron grabaciones de audio en nuestro país, registradas en discos de pizarra del sello Favorita.En estos años, se distinguen dos corrientes musicales, tanto para el vals, el pasillo, el tango, la chilena y otros géneros: la vertiente popular y la vertiente culta. La primera tiene que ver con la incorporación de letras satíricas, burlonas y algunas consideradas vulgares, en temas como ‘Pesares’, que es una verdulera (así se llama el género musical), la que habla de los encuentros que mantiene un hombre con una prostituta, así como del tratamiento, a base de alcanfor, de una enfermedad venérea que contrajo. Curiosamente, el mismo cantante que interpreta ‘Pesares’, el orense José Alberto Valdivieso Alvarado, conocido como ‘Diablo Ocioso’, grabó en 1912, para el sello Favorita de la Compañía Encalada de Guayaquil, los pasillos románticos ‘A mi amada’ y ‘Flores negras’, este último escrito por el poeta colombiano Julio Flórez.

No obstante, frente al despliegue del registro satírico en la música popular, que en el caso de la historia de la verdulera podría estar relacionado con los fandangos coloniales, como sugiere Pablo Guerrero Gutiérrez, también se interpreta y graba música ‘seria’, con el pasillo como género dominante.

Si revisamos el catálogo de los Discos Víctor (1911) y el catálogo ‘provisional’ de Discos Favorita (1913), notaremos que la mayoría de las canciones que se promocionan son pasillos, lo que concuerda con el siguiente testimonio del compositor libanés Nicasio Safadi, publicado en 1957, en la revista Vistazo: “En 1912 realicé mis primeras grabaciones con Encalada, en el local de la Asociación de Empleados de la calle Chiriboga […], hicimos raya con el pasillo ‘Eso sí amigo’, la canción más sentida del pueblo ecuatoriano”.[3]

En 1919, el pintor y caricaturista catalán José María Roura Oxandaberro dibujó a un guitarrista en medio de un paisaje costero y lo tituló ‘El pasillo’. Al fondo de la imagen se observa una pareja bailando el ritmo nacional: el hombre bate un pañuelo por encima de su cabeza, mientras la mujer sostiene su pollera. Al parecer, Roura Oxandaberro registró uno de los pasos característicos del pasillo bailable que, según los entendidos, “es una adaptación del vals europeo”.[4] Sin embargo, el pasillo bailable aquí representado se asemeja más al baile del amorfino (también suelto y con pañuelo al aire) que al pasillo de salón, lo que probaría que no siempre fue “un baile de parejas agarradas”[5], como afirma el musicólogo Mario Godoy Aguirre.

En todo caso, el pasillo se afincó rápidamente en Guayaquil y se popularizó con el establecimiento de la industria fonográfica, cuyo pionero fue el empresario lojano Antenor Encalada, creador del sello Favorita o Favorite Record. Si como dice Alejandro Pro Meneses que la ‘época de oro’ del pasillo ecuatoriano se dio entre 1915 y 1946[6], por el elevado número de compositores e intérpretes, también es cierto que hubo un público ávido de escucharlo y bailarlo, especialmente desde la aparición de la radio.

En este período inicial también se definieron los principales estilos del pasillo ecuatoriano, según los aportes de las músicas regionales: el pasillo serrano que recibió la contribución sonora del yaraví, y el pasillo costeño, más rápido, agudo y con acento de valsecito criollo. (O)

[1] Pablo Guerrero Gutiérrez, Enciclopedia de la Música Ecuatoriana, Tomo II, Quito, CONMUSICA, 2005, p. 1089

2 Alejandro Pro Meneses, Discografía del pasillo ecuatoriano, Quito, Ediciones Abya Yala, 1997, p. 40.

3 Fidel Pablo Guerrero G., ‘La música ecuatoriana en sus registros iniciales’, Revista EDO, N° 9, Quito, agosto de 2011, .4 Pablo Guerrero Gutiérrez, Enciclopedia de la Música Ecuatoriana, Tomo II, p. 1089. Cfr. también Mario Godoy Aguirre, Breve Historia de la Música del Ecuador, Quito, Corporación Editora Nacional 2007, p. 182

5 Mario Godoy Aguirre, op. cit., p. 188

6 Alejandro Pro Meneses, op. cit., p. 45.

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