El inicio de operaciones de la Troncal 2 de la Metrovía, en su primera semana, aún no llena las expectativas de los habitantes de las ciudadelas del sur que, desde el 16 de febrero, usan los articulados y alimentadores del sistema. Las observaciones incluyen la desinformación de rutas alimentadoras, demora de frecuencias y falta de integración con la Troncal 3 (Metrobastión). También hay quejas por la falta de nuevas tarjetas de recarga de pasajes en la terminal 25 de Julio, lo que no permite que las personas de la tercera edad se beneficien de la tarifa de $ 0,12.

Dídimo Macías, quien abordó un alimentador de la ruta que cubre Fertisa, al tratar de pagar 12 centavos recibió una respuesta amable del conductor que le indicó que debía pagar $ 0,25, porque el descuento solo es para quienes tienen la tarjeta. El ciudadano, con buena disposición, aceptó pagar la tarifa completa e intentó comprar la tarjeta a su llegada a la terminal 25 de Julio.

“La señorita -en ventanilla- me dijo que recién desde abril la van a vender (...) no me parece que durante más de un mes deba pagar pasaje completo cuando hay choferes de buses urbanos que sí me cogen los 12 centavos”, manifestó Macías.

El ciudadano reconoció que son pocos los transportistas urbanos que aceptan reducir la tarifa a estudiantes y ancianos “pero se suponía que con la Metrovía teníamos garantizado ese derecho”. La semana anterior, en la terminal 25 de Julio se intensificó la campaña de información sobre las rutas alimentadoras mediante la entrega de volantes. La afluencia que hay en el lugar al que llegan los articulados y alimentadores de Metroexpress (consorcio responsable de la Troncal 2) es muy elevada la mayor parte del día. Las unidades que cubren los sectores del Guasmo y la Trinitaria son las más solicitadas.

Las filas que se forman llenan, en pocos minutos, la capacidad de las unidades. Mientras que los vehículos que recorren Los Esteros, Fertisa y Floresta, salen con pocos pasajeros aunque tienen afluencia en el recorrido. El tiempo entre esperar la llegada de los alimentadores, abordarlos y salir de la terminal, oscila entre 10 y 20 minutos.

Magda Guamán, en Los Esteros, esperó 20 minutos para abordar el sistema de transporte municipal. “El servicio podría ser mejor si se incrementara el número de carros disponibles (...) en eso son inferiores a los buses de la 3 y la 42”, manifestó. La Troncal 2 inició las operaciones cubriendo solo el 50% de la ruta y con la mitad de unidades estipuladas en el contrato con la Fundación Metrovía (180), es decir 89 vehículos (44 articulados y 45 alimentadores).

Víctor López, de la ciudadela Sopeña, afirmó que una de las cosas que extraña es la gran cantidad de alternativas que tenía para llegar hasta el centro de la urbe.

La 1, 3, 9, 62 (1), 78, 115 (2), recordó López, eran las líneas urbanas que utilizaba para llegar hasta Colón y García Avilés, donde tiene un negocio. “No debería quejarme porque ahora viajo seguro, pero ocurre que no se unen las dos rutas de la Metrovía y me toca caminar varias cuadras para evitar pagar doble pasaje”, dijo López.

La Fundación Metrovía ofreció que se integrarían las troncales 2 y 3 mediante una alimentadora para evitar que los pasajeros salgan de los paraderos en el trasbordo. Sin embargo, hasta el viernes no había ocurrido y los usuarios, que desde el sur avanzan hasta Bastión Popular, deben pagar dos pasajes.

El alcalde Jaime Nebot, al conocer los primeros inconvenientes, defendió la calidad del servicio. “Todo sistema, la primera vez, tiene inconvenientes, esta es la tercera ruta de la Metrovía, pero los buses son nuevos, son rápidos, eso significa un boleto de transferencia con un solo pasaje, por tanto se garantiza que los inconvenientes pasará ”.