Cuando comenzaba a pensar en el salto de los karts a los monoplazas hablé con mi papá sobre los pasos a seguir, cuál sería la senda a tomar para iniciar el camino al sueño por el que luchamos día a día: llegar a la Fórmula 1. En la actualidad hay menos opciones que hace unos 10 años, por la misma crisis económica han desaparecido muchos campeonatos y categorías, por lo que conseguir buenos puestos en los equipos se hace más complicado, pero no imposible.

La Fórmula Ford (Británica y Euroseries) era el paso indicado como el primero a tomar. Antes existían la Fórmula Junior (España e Italia), la Fórmula BMW (Asia, Alemania, Inglaterra y EE.UU.), la Fórmula Renault 1600 (Italia, Bélgica, Francia o la Panamericana), pero todas desaparecieron, mientras que la Fórmula Abarth perdió fuerza, por lo que no era apropiada. Los costos son similares para competir un año en Europa en karts, por lo que sabíamos lo importante que era comenzar a conseguir nuevos patrocinantes, no solo para esa temporada sino para los años que venían a continuación, porque las sumas de dinero serían muy elevadas.

La Fórmula Ford me sirvió para trabajar con un equipo de punta, donde logramos triunfos, muchos podios y el subcampeonato europeo de la categoría, pero por encima de todo conseguimos aprender lo que era un monoplaza, las diferencias respecto al kart y el trabajo físico extra que se necesita para afrontar largos fines de semana y carreras de más minutos.

Subir de escalón: Tras ese año de mucho éxito la opción de repetir categoría o saltar al nuevo escalón de la escalera lo analizamos con todo mi equipo de trabajo y decidimos darlo. ¿A dónde ir? La Fórmula Renault 2000 (Europea, NEC y ALPS) o la Fórmula 3 (Europea, Británica, España, Japón) eran las opciones, dos autos muy diferentes en potencia, en forma de manejo, tanto que el Tatuus del Renault es considerado por muchos el más incómodo de manejar y el F-3 su opuesto.

Saltamos a la F. Renault con un objetivo claro:aprender con un auto más grande, con alerones (algo que no poseía el Ford) y con unos 50 caballos de potencia extra, lo que significa que el mayor cambio sería la velocidad de curva, donde un error te deja dos opciones: el muro o perder muchos puestos al final de la siguiente recta.

Casi se llega, pero falta recorrido.

Llegamos a un momento clave. Seguir y tomarse todavía más en serio el deporte. Actualmente la Fórmula 3 atraviesa una gran crisis económica, pero es un paso obligatorio, por lo que sabemos –y queremos–, competir en algún momento ahí, sea en 2015 o 2016, pero la clave será ver si el británico se recupera o tomarlo con calma e ir al Euroseries con un plan de dos años.

También está la AutoGP World Series, una categoría que regularmente se corre en toda Europa con autos capaces de erogar 450 caballos de potencia, casi el doble de la F-3. Algunas personas no la toman muy en serio, pero es una gran idea en el caso de querer hacer un año y luego saltar a la GP2 Series o la Renault World Series.

Estos dos últimos campeonatos son el paso previo a la Fórmula 1, no siempre se debe correr en ambos sino que una puede ser la adecuada, con un plan de dos a tres años. Se lee fácil, pero llegar a las instancias finales de la pirámide no lo es. Es una batalla que comencé con más de 2.000 colegas y donde solo 22 completarán la ‘escalera al cielo’.