Minimizar las noticias relevantes es como nunca haberlas publicado. Y una forma de atentar contra la libertad de expresión es justamente esa: reducir lo importante a un simple hecho pasajero, y lo que es peor aun, burlarse de esos acontecimientos con el afán de desprestigiar a las personas, sin darse cuenta de que están atentando contra procesos que necesitan ser destacados y priorizados en el debate público.

Durante la visita del Presidente Rafael Correa a Europa, el viceministro de Cooperación Económica y Desarrollo alemán, Hans Jürgen Beerfeltz, destacó el crecimiento y calidad de la inversión pública en el Ecuador y calificó al país como “el jaguar latinoamericano al que Alemania está dispuesta a apoyar en este gran salto”.

Evidentemente las reacciones no se hicieron esperar. Desde analistas económicos que cuestionaban la “supuesta” calidad e incremento de la inversión, por atribuirla a un hecho coyuntural (por los históricos precios del petróleo), y no a los esfuerzos en materia de planificación presupuestaria y fiscal que lleva adelante el régimen actual, hasta comentarios como el de un editorialista de un medio de comunicación privado, que haciendo uso del más agrio humor, tituló en un artículo: “La guanta sueña que es jaguar”.

Lo cierto es que, como siempre, lo vital quedó fuera de la discusión. Así, por ejemplo, lo que no se señalaba era que las declaraciones de Hans Jürgen Beerfeltz se debían a que la inversión pública en Ecuador, en relación al tamaño de su economía, es de las más altas de los países de América Latina, como lo señalaba el titular de la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades), Fander Falconí.

En la actualidad, y según datos de la Senplades, la inversión pública oscila entre los 6.000 y 8.000 millones de dólares, lo que representa aproximadamente un 14% del Producto Interno Bruto (PIB) del Ecuador. En este sentido, cuando se hace un análisis comparativo, que relaciona la inversión pública total con el PIB, se evidencia que el Ecuador posee el mayor porcentaje de todos los países de América Latina y El Caribe.

Asimismo, otro hecho que quedó huérfano de la discusión es que, según fuentes oficiales, alrededor del 90% de la inversión se la destina para la construcción de capacidades humanas. Es decir, para educación y salud, mientras que los sectores productivos y estratégicos tienen otro peso considerable en los rubros de la inversión pública actual.

Por lo tanto, la economía ecuatoriana presenta no solo resultados alentadores en materia de inversión pública que se evidencian en los montos destinados para esa área, sino que plantea una nueva forma de hacer política económica y economía política, en tanto ahora por ejemplo, la inversión se sostiene mediante los propios recursos que genera y se encuentra adecuadamente financiada tanto en el presupuesto del Estado, como en el Programa Anual de Inversiones.

No resulta sorprendente que hayan bautizado como jaguar a un país cuya economía ha despertado positivamente.