Un buitre es un ave rapaz que mide cerca de 2 metros de envergadura, tiene un cuerpo leonado, se alimenta de carne muerta y vive en bandadas. Pensar que estas aves solo pertenecen al reino animal es una falacia. Muchas de ellas han mutado en empresas transnacionales que pasan acechando a las economías de países en crisis para sacar provecho de sus desventajas. Así es como funcionan los denominados ‘fondos buitres’, que son aquellos que provienen de operaciones financieras especulativas que se dedican a la compra de deuda de países con problemas económicos. Es decir, los fondos buitres son administradores de capital de riesgo que compran títulos de deuda pública a bajo precio en economías en quiebra, como sucedió en Argentina en 2001, y luego, judicialmente, exigen el cobro total de los bonos más los intereses por los años adeudados.

Lo grave de estas prácticas perversas del capital especulativo mundial es que están legitimadas por la ‘justicia’ internacional. Tanto es así que el pasado 26 de junio el fallo del juez de la Corte de Nueva York, Thomas Poole Griesa, fue en contra de la apelación del Gobierno argentino para suspender la sentencia que le exige pagar bonos en default en manos de un grupo de tenedores. La justicia de Nueva York determinó que Argentina debe pagar el 100% del reclamo en efectivo y exigió a los agentes de pago, el Bank of New York y otras entidades de clearing, a retener los pagos de deuda reestructurada si el país no cumple.
El gobierno de Cristina Fernández consiguió hace pocos días el respaldo de la Organización de Estados Americanos (OEA) para aprobar una declaración conjunta, promovida por Brasil y Uruguay, que abogue por encontrar una solución al litigio con los fondos buitres que “no comprometa” el proceso de renegociación de su deuda.

Sin embargo, la lucha que apenas inicia Argentina marca varios precedentes para los países, especialmente, de América Latina: pone en evidencia el verdadero funcionamiento del capital financiero internacional y la justicia que la protege; recuerda que todas las naciones que atravesaron y atraviesan crisis son vulnerables a este tipo de ‘negociados’; y demanda la articulación de respuestas regionales ante la especulación económica mundial.