Con la dolarización, el Ecuador perdió un elemento fundamental en su capacidad de hacer política económica, estrictamente en el campo de la política monetaria. Al adquirir una moneda extranjera como oficial, se pierde la capacidad de emitirla y, por lo tanto, de administrar el tipo de cambio frente a monedas de otros países.

El poder administrar el tipo de cambio favorece a diferentes sectores de la economía, particularmente, al del comercio exterior, pues en el plano de las exportaciones, uno puede competir con los países vecinos a nivel de precios, devaluando la moneda. Ese ejercicio esencial de la política económica es limitado con las actuales restricciones monetarias. Sin embargo, existen otros aspectos para instrumentar esa política, como son: las tasas de interés, de crédito, pero ante todo, la liquidez de la economía.

Es por ello que el Presidente en un enlace sabatino declaró que el Banco Central del Ecuador se encargará de gestionar la liquidez para alcanzar los objetivos de desarrollo y, de manera coordinada con el Gobierno, participará en el manejo de la política fiscal, comercial y monetaria. Además, destacó que se debe innovar el sistema de pagos, la regulación financiera y monetaria regional, y la gestión de las reservas que dispone el país.

El rol del Banco Central en la actualidad, tal como lo establece la Constitución, es el de instrumentar la política crediticia, financiera y monetaria a través de las tasas de interés, la regulación del sistema financiero y la administración de la liquidez global de la economía. Pero a esto, se suma la nueva reestructuración que se plantea desde el Ejecutivo, que, según declaraciones de Diego Martínez –titular del Banco Central–, significa que la institución debería recuperar su capacidad regulatoria. “No olvidemos que se nos decía que debía tener un solo rol y lo único que se lograba es que sea prestamista de última instancia cuando los bancos tenían problemas. Esto vamos a cambiar para que el crédito y las finanzas estén a disposición del país”, añadió Martínez.

La dolarización es un esquema de política monetaria que tiene impactos en la distribución del poder ecoómico y político. Por ello, el Banco Central debe asumir ese nuevo rumbo planteado con urgencia.