A pocos días de celebrar la Navidad y el Año Nuevo, la economía está más efervescente que nunca: los comercios hacen gala de sus estrategias, de los descuentos, de los pagos en cuotas; la movilización en las ciudades se vuelve caótica, sobre todo cerca de centros comerciales y grandes restaurantes; las ventas de comida, confitería, cenas y canastas navideñas se disparan. Y los mandatarios de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y Petrocaribe se vieron por última vez en el año, en Caracas, con la idea de dar forma a una zona económica que permita integrarlos.

Ecuador fue escogido para ser el coordinador de esta iniciativa nada fácil, tomando en cuenta que el comercio intrarregional todavía está muy por debajo de lo que se negocia con otras regiones del mundo. Los países miembros de Petrocaribe y de la ALBA acogen a 111 millones de habitantes y su producto interno bruto asciende a $ 740 000 millones. Si a ellos se suman las naciones del Mercado Común del Sur (Mercosur, con los gigantes Brasil y Argentina), bloque que se espera también se una a la zona económica, el potencial es enorme.

Casualmente los países que quedan fuera son los que integran la Alianza del Pacífico (México, Colombia, Perú y Chile), y otros como Panamá y Costa Rica, que no pertenecen a ninguna de las iniciativas mencionadas, que son más partidarios de tratados de libre comercio, del libre mercado y la competencia. El denominador común de los 3 bloques es Venezuela, que desde los tiempos de Hugo Chávez, empuja la integración regional y apoya a Centroamérica y al Caribe, necesitados del petróleo que los venezolanos ofrecen en condiciones flexibles.

Se trata de “una zona económica, pero no en la mentalidad de competencia, de mercado, sino de cooperación, de complementariedad”, declaró el presidente Rafael Correa.

Lo importante es relacionarse con esos países que están tan cerca geográficamente, pero tan lejos en la integración real. El mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, reconoció durante la cumbre de Caracas que recién están abriéndose vuelos entre su país y el Caribe. Las relaciones económicas de Ecuador con esas naciones todavía son reducidas. El reto está ahí y superar ese desafío ahora depende mucho de nuestro país.