El Producto Interno Bruto (PIB) de América Latina y El Caribe crecerá un 3% en 2013, a pesar de las fluctuaciones de la economía mundial (especialmente por la crisis social y económica que atraviesa Europa) y el más pausado desempeño de los Estados Unidos. La estimación es inferior al 3,5% de crecimiento inicialmente previsto en abril por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Por otro lado, la proyección de crecimiento económico según el Banco Central del Ecuador (BCE) para el país se ubica por encima del 4%. Esta es una estimación que varía del 3,8% planteada por el Gobierno Nacional en meses anteriores, y del 3,8% por parte de la Cepal recientemente, mientras que el Fondo Monetario Internacional estimó un crecimiento para este año del 4,4%.

Aunque estos valores guarden una pequeña tasa de diferencia entre cada uno, lo cierto es que la economía ecuatoriana, según las proyecciones de diferentes instituciones, cerrará este año con un saldo positivo pese a las condiciones adversas que presenta el concierto financiero mundial.

Sin embargo, el PIB guarda duras críticas desde diferentes espacios académicos y sociales, en tanto señalan que no es el indicador más óptimo para determinar el bienestar agregado de una sociedad.

Las razones son las siguientes: el PIB posee un enfoque meramente cuantitativo que no considera elementos como la mejoras en la calidad de vida de la gente a través de la provisión de mayores y mejores bienes y servicios públicos básicos; no incorpora el aporte económico de ciertas actividades como las informales o las de cuidado doméstico; no considera las externalidades negativas que las actividades económicas generan sobre el medio ambiente, y que se traducen en una pérdida de los recursos naturales y un empobrecimiento del entorno natural; entre otras.

En este sentido, aunque sea un hecho positivo el tener una proyección favorable del crecimiento económico, no podemos limitar el análisis únicamente al plano formal del PIB, pues que una economía mejore sus resultados en este campo, no significa que está mejorando las condiciones sociales, ambientales y culturales de la ciudadanía.