La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) tiene muy claro hacia dónde transita la geopolítica mundial y cómo se va configurando una nueva realidad multipolar que señala el ascenso de China. Por ello, el establecimiento del Foro Celac-China, que fue pactado tras la II Cumbre Presidencial en Cuba, cobra mucha importancia y genera expectativas sobre un socio cada vez más presente en la región.

Con la nación asiática creciendo a niveles por encima del 7%, diseñando políticas para incentivar el consumo interno y demandando de manera creciente recursos naturales, Latinoamérica ha pasado a ser clave.

Para muchos países de la región con gobiernos que abarcan todo el espectro político, China se ha convertido en uno de los principales socios comerciales, incluso desplazando a Estados Unidos, y hoy está financiando al mismo tesoro americano. Más del 20% de los bonos estadounidenses están en manos chinas, por lo que no sorprende que sea el acreedor también de naciones latinoamericanas.

Durante la cumbre de La Habana, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) presentó a los cancilleres el documento Recursos Naturales: situación y tendencias para una agenda de desarrollo regional en el que describe “un escenario de mayor presencia e influencia china en la región”, al ser el destino de crecientes volúmenes de exportación de petróleo y materias primas. De ahí se entiende la decisión política de la Celac de estrechar el diálogo con China, pese a las diferencias de las visiones económicas que se evidenciaron en Cuba.

Y más allá del Foro que irá configurándose en los próximos meses, en el aspecto político la Celac va tomando fuerza como un espacio de referencia netamente latinoamericano. Algunos puntos dieron especial relevancia a la cita: la presencia del mayor número de presidentes y jefes de gobierno visto en las últimas citas regionales, la comparecencia del Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon y del Secretario de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, el chileno que dirige la entidad a la que Cuba, la anfitriona, no pertenece. Evidencias de nuevos tiempos.