¿Alguien se interesa en el proyecto del Banco del Sur?
La urgencia por diseñar una nueva institucionalidad financiera alejada de los preceptos tipo Fondo Monetario Internacional o Banco Mundial, en el marco de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), parece haber pasado.
Grandes discursos y esperanzas se gestaron a raíz de los anuncios presidenciales de la creación del Banco del Sur. Desde las primeras acciones para impulsar ese proyecto han transcurrido casi 7 años y poco (o casi nada) se ha avanzado. De ahí el preocupante llamado de los cancilleres de Ecuador, Ricardo Patiño, y de Bolivia, David Choquehuanca, la semana pasada en Quito, para concretar la puesta en marcha del Banco del Sur, ente pensado como fondo regional de reservas y fuente de financiamiento de proyectos de infraestructura e integración.
Su instrumentación, decidida en el Consejo de Ministros de Finanzas, lleva un retraso de casi un año y no hay certeza sobre la razón de las demoras, ni tampoco sobre quién podría liderar el proceso para su funcionamiento.
Patiño y Choquehuanca anunciaron que convocarán a una reunión a los otros socios interesados: Brasil, Argentina, Venezuela, Uruguay y Paraguay, para destrabar la concreción del proyecto.
Los cancilleres andinos hicieron un llamado a “superar las diferencias técnicas o institucionales en los mandos medios” y defendieron la necesidad de que el Banco abra “sus puertas ya”, pero las interrogantes sobre el verdadero alcance de las diferencias u otras cuestiones relacionadas con el financiamiento persisten.
Inicialmente se habló de que la entidad contaría con un capital de $ 20 mil millones, que resultaría de los aportes proporcionales (según la capacidad económica) de los países. Ahí surgen otras preguntas: ¿esas condiciones se mantienen? ¿Las dificultades económicas por las que están atravesando algunos países de la región podrían retrasar el funcionamiento del Banco del Sur? Y la más importante: ¿sigue siendo una prioridad para la región?
Las autoridades, al mayor nivel posible, deberían discutir esas y otras cuestiones que parecen haberse enfriado a raíz de la muerte del expresidente Hugo Chávez, quien fue el que más impulsó este tipo de proyectos regionales.