Productores de sandía de Salitre e Isidro Ayora (Guayas) tuvieron pérdidas en su producción y cosecha. Las bajas temperaturas, la falta de sol, la quemazón y las heladas fueron las principales causas.

En el recinto El Briseño del cantón Salitre, Washington Jiménez muestra su sandía recién cosechada y la revisa con preocupación. “Esta fruta está pasmada, ya no crece más y por ella el comerciante solo pagará entre $ 0,10 y $ 0,20”, lamentó.  

El año pasado Jiménez recolectaba la fruta hasta cinco veces por siembra, ahora solo llega a dos cosechas.

El precio y la baja producción lo tienen “quebrado” aseguró. Este campesino  sembró 12.000 plantas en tres hectáreas con una inversión de $ 7.000. Hasta el momento solo ha recuperado cerca de $ 4.000.

En el sector los Sauces, también en Salitre, el productor de sandía, Isaías Jiménez, vende su cosecha en los exteriores de su casa. Sembró 20.000 plantas y la cosecha fue baja.

“La pérdida es grande; los insumos no bajan de precio. Nuestro producto está por los suelos. No hay ni un precio justo y ni las frutas se desarrollan”. Aseguró que el clima no permite que críe la fruta.

Una sandía normal en promedio pesa 15 libras y su valor en finca era de $ 3,40. En la actualidad, la misma está a $ 2,40.

La fruta, como la presentó Washington Jiménez, por su tamaño cuesta $ 0,20. El agricultor requiere llenar una camioneta de 100 sandías para ganar $ 200.

En otro sector de la provincia, Luis Briones, productor de Isidro Ayora, cuenta que en el mes de julio comenzó con la siembra y trasplante desde el semillero hasta el terreno.

Este proceso fue un éxito, pero a partir del día 15, en lugar de desarrollarse, la planta empezó a reducirse. En ciertas áreas del sembrío, las plantas comenzaron a morir y ningún fertilizante las salvó.

“El mal clima, a veces caliente, más las lluvias que cayeron en la zona dieron paso a la aparición de una plaga conocida como quemada”.

El sembrío de 60.000 matas de sandía de Briones se perdió totalmente. Su pérdida asciende de $ 17.000 porque además invirtió en un sistema de riego.

Según información del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), la afectación a los cultivos en la Costa por las bajas temperaturas se evidencia en los retrasos en la cosecha y en la presencia de hongos. La quemazón o la helada afecta a las hortalizas y a los frutales como el melón, la sandía, el tomate y el pimiento. El arroz también suele afectarse.  

La entidad indicó que los agricultores deben utilizar fungicidas protectantes y sistémicos para evitar las heladas y ataques de hongos. También deben aplicar bioestimulantes y fertilizantes foliares para paliar el frío.

El MAG, con el fin de prevenir los problemas, indicó que brinda capacitaciones y asesoramiento en campo con los técnicos de territorio.  

Además facilita la adquisición de créditos productivos a través de BanEcuador para que los productores tengan recursos para comprar los insumos para controlar los problemas que se presenten en sus cultivos.

Paralelamente, trabaja en coordinación con la Agencia de Regulación y Control Fito y Zoosanitario en capacitaciones de Buenas Prácticas Agrícolas, las mismas que procuran proporcionar un manejo técnico de acuerdo a las condiciones de cada región. (I)

Consecuencias
Los cultivos más sensibles
Los cultivos más  delicados son el tomate, pimiento, melón y sandía. El cacao también se vuelve más susceptible al ataque de hongos. El banano se afecta tanto en su producción como en cosecha.

El camarón no se escapa
Verónica Dahik, gerenta de Natluk S.A., dijo que el temporal hace que la captura de camarón en mar sea diferente a otros años y la producción se retrase.    

El clima influye en el arroz
La producción de arroz se ve afectada con las heladas y presenta retrasos en el llenado y maduración de los granos de la panícula de arroz. Esto pasa cuando no se aplican fungicidas. (I)