El reciente fichaje del delantero ecuatoriano Christian el “Chucho” Benítez al fútbol de Catar (Jaish SC), destaca el impulso que esta pequeña monarquía está dándole al desarrollo del “rey de los deportes”.

Aunque Catar no ha tenido participación en mundiales de fútbol absolutos, a nivel juvenil ha conseguido el subcampeonato del torneo Sub-20 en 1981 y el cuarto lugar de la categoría Sub-17 en 1991.

La idea del monarca de Catar, Tamim al-Thani, es convertir al pequeño país en una potencia deportiva del mundo; el mayor logro conseguido es la elección como sede del Mundial de Fútbol 2022.

Catar fue elegido en diciembre del 2010 para organizar el Mundial del 2022. En el camino quedaron las candidaturas de Estados Unidos, Australia, Japón y Corea del Sur. Fue una elección sorpresiva teniendo en cuenta que durante el verano las temperaturas en esta nación desértica exceden los 40 grados centígrados.

La organización del certamen estimula a los dirigentes del fútbol catarí a elevar el nivel de su torneo, denominado la “Liga de las Estrellas”; para lo cual no escatiman esfuerzos ni dinero en la contratación de grandes figuras.

La “Liga de las Estrellas” tiene en los “petrodólares” su principal aliado para atraer a futbolistas de talla mundial, no solo quienes están en el ocaso de su carrera, pues en el caso de Benítez, con 27 años, se constituye en el fichaje más caro de ese país (16 millones de dólares).

El gran atractivo de la liga catarí es, sin duda alguna,  la capacidad económica de los equipos, que  recibieron el año pasado  diez millones de dólares por  parte del gobierno para reforzar sus plantillas.

Eso permitió que grandes figuras del fútbol mundial aceptaran jugar en ese país, como lo hizo el español Raúl González (Al Sadd). Pero no es el único, Josep Guardiola jugó en el 2003 en el Al-Ahly, también lo hicieron  Gabriel Batistuta y Romario, los hermanos holandeses Frank y Ronald De Boer y el español Fernando Hierro. Raúl, por ejemplo, recibe un sueldo que sobrepasa los ocho millones de dólares por año.

Ante la necesidad de ganar experiencia y elevar su nivel de cara el certamen del 2022, la Asociación de Fútbol Catarí propuso ofrecer la “ciudadanía express” a los futbolistas que lo deseen, con la intención de  tener una selección con varios naturalizados, pero la FIFA prohibió dicho método poco tiempo después.

Y es que el pequeño país planea invertir unos 200 mil millones de dólares en los próximos diez años para la preparación de la Copa Mundial 2022, el dinero será destinado para obras de transporte, turismo y escenarios deportivos de alto nivel.

Las dos principales fuentes de ingreso de la nación catarí derivan principalmente de las exportaciones de petróleo y de las reservas de gas natural, ambas actividades representan el 50% del Producto Interno Bruto (PIP). Catar mantiene el PIB per cápita más alto del Mundo (72.849 dólares), lo que garantiza un excelente nivel de vida para sus ciudadanos.

Según el diario londinense The Times, el país del Golfo Pérsico planea organizar un particular torneo para el 2015, el mismo que se denominaría Liga de los Sueños y que reuniría a los 24 mejores clubes del mundo.