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El ‘manantial’ de Napo ofrece emociones extremas

El ‘manantial’ de Napo ofrece emociones extremas
27 de agosto de 2016 - 00:00 - Carlos Novoa

Un manantial es un brote natural de agua que emerge de la tierra o de superficies rocosas y que facilita la vida en sus alrededores. Este concepto además describe a la perfección al cantón El Chaco, en el norte de la provincia de Napo. Este fascinante y biodiverso lugar está rodeado de una vegetación típica de la Amazonía en la que conviven especies faunísticas poco conocidas. Además, es ideal para realizar deportes de aventura, descansar y observar aves.

Ubicada a poco más de 2 horas de la capital, esta ciudad es conocida como el ‘manantial’ de Napo, pues posee grandes e impresionantes fuentes hídricas como ríos, cascadas, vertientes y extensos bosques húmedos y primarios. Gran parte de esta agua cubre la demanda diaria del líquido vital de Quito y contribuye al cambio de la matriz productiva.

El Chaco, cuyo nombre proviene de la palabra quichua chaquiñán (camino de a pie, en español), tiene cerca de 9 mil habitantes de los cuales el 90% son colonos de Pichincha, Azuay, Manabí, Loja y otras provincias. De sus 5 parroquias: Gonzalo Díaz de Pineda, Linares, Santa Rosa, Sardinas, cabecera cantonal de El Chaco y Oyacachi, solo esta última tiene población autóctona de la nacionalidad quichua Cayambi.

La altura y el clima en estas poblaciones son muy variados, lo cual favorece el cultivo de productos agrícolas tanto de la Amazonía como de la Sierra. Esta curiosa mezcla convierte al lugar en uno de los destinos turísticos más diversos e interesantes del país.

Desarrollo turístico

Al ‘manantial’ de Napo se puede acceder por 2 carreteras. A los turistas del norte del Ecuador les resulta mejor ingresar por la vía Troncal Amazónica E-45, pasando por Pifo, Papallacta y Baeza. El segundo acceso está en el centro del país, vía Ambato-Baños, hasta llegar a Puyo y después al Tena.

Pese a que muchas familias de El Chaco mantienen la tradición ganadera y agrícola heredada de sus antepasados, el turismo es una actividad que en los últimos años ha ganado espacio y apunta a ser la principal fuente de ingresos económicos del sector.

Así lo explica Duval García, alcalde del cantón. “Estamos relativamente cerca de la capital y esto facilita la llegada de visitantes de la Sierra. Sin embargo, queremos que todos los ecuatorianos conozcan esta ciudad y sus encantos naturales, entre ellos el río Quijos el cual es ideal para la práctica de rafting, kayaking y tubing, además de poseer impresionantes caídas de agua, reservas forestales y grutas donde aves nativas han hecho su hogar”, dijo.

Para esto cuentan con vías en buen estado, hoteles y hosterías de alta calidad, aplicación de normas de seguridad y expertos en deportes extremos así como guías especializados en parques naturales. El Municipio local apoya todas las iniciativas turísticas a fin de ir cambiando la matriz productiva mediante el turismo. Jorge Jiménez, titular de la unidad municipal de deportes y patrimonio, aseguró que cada fin de semana al Chaco llegan entre 80 y 120 visitantes, entre nacionales y extranjeros, lo que permite que todos los negocios en torno al turismo sigan en pie.

Encantos del río Quijos

Además de ser parte esencial del proyecto hídrico Coca Codo Sinclair, el río Quijos es uno de los principales escenarios nacionales para el rafting. En octubre de 2005 allí se disputó el campeonato mundial de esta disciplina, en el que participaron 31 países.

La geografía, la presencia de enormes rocas y el nivel de agua del afluente lo colocan en las categorías 3 y 4 para la práctica de este deporte. El paisaje, los sonidos y los aromas que se aprecian a orillas de este río son algunos de los principales atractivos del pueblo. Esto se puede apreciar en una caminata de 10 minutos por la ribera.

Uno de los sitios idóneos y más seguros para esta actividad es la hostería Río Quijos EcoLodge, ubicada a 5 minutos del centro poblado. En un tramo de 200 metros de cuenca hídrica, apacible, amplia y rocosa, cientos de mariposas multicolores revolotean en las copas de árboles, orquídeas y  rosales. Allí los aromas de estas especies florales, frutas tropicales y arena mojada crean un ambiente para la meditación y la relajación.

“Después del desayuno, esta es la primera actividad que los turistas realizan, como una preparación para el rafting. El sonido relajante del correr de las aguas, la neblina hipnotizante y el cantar de las aves crean el fondo para inmortalizar la visita con fotografías y videos”, dijo Ángel Núñez, propietario de lugar.

Esta hostería es una de las 3 existentes en el cantón, las cuales ofrecen alojamiento en  cabañas, actuaciones dancísticas tradicionales, deportes extremos, senderos ecológicos y comida típica.

Rafting

Las medidas de seguridad para la práctica de rafting y otras disciplinas de aventura es una prioridad en El Chaco. Por ello previo al ingreso de los botes inflables al río, los expertos dan una charla de más de media hora a los emocionados turistas a fin de evitar experiencias desagradables.

Eduardo Ashqui, instructor de deportes extremos con más de 10 años de experiencia, explicó que los requisitos principales para hacer rafting son saber nadar y tener ‘sed’ de emociones fuertes.

“No es necesario ser un experto nadador, pero si saber al menos cómo salir del agua tras una zambullida abrupta. Esto porque a veces los desniveles y rocas del afluente mueven la embarcación y los turistas caen al río”.

Los turistas aventureros llevan chaleco flotante, casco y calzado para río para evitar lesiones por golpes. Un instructor experimentado siempre dirige el bote y vigila que se cumplan los estándares internacionales de seguridad, además de ser el salvavidas oficial en caso de emergencias.

Uno de los sectores más indicados para iniciar el descenso fluvial en bote es Linares, a 5 minutos del centro de El Chaco. Allí, bajo el cañón del puente Facundo, inicia un emocionante recorrido de cerca de 10 kilómetros hasta la confluencia de los ríos Quijos y Oyacachi, que dura entre hora y media y 2 horas.

Cascada del río Malo

Otro de los encantos naturales de El Chaco es la cascada del río Malo, localizada a hora y media del centro de El Chaco. Esta imponente y ruidosa caída de agua tiene 60 metros de alto, el líquido tiene una tonalidad tan blanca que los visitantes la han apodado la ‘cascada de leche’. El líquido se pulveriza en el aire y humedece todo a su alrededor, como la vegetación cercana y el acantilado rocoso cerca del río.

No muy lejos de allí se encuentra la cascada San Rafael, en la que además se puede observar aves de tonalidades muy llamativas, como el gallito de la peña, los colibríes y otras especies típicas del bosque amazónico. Además, a 100 metros de la cascada, se puede bajar por el río a bordo de grandes boyas, las cuales no sufren daño en las rocas debido al nivel alto del agua.

Gruta de los Tayos

El recorrido turístico se detiene momentáneamente en el sector Las Palmas, junto a la carretera principal del cantón. Desde allí se desciende bosque abajo, hasta la cuenca de un pequeño afluente, para llegar a la famosa gruta de los Tayos. Esta no es más que una cueva rocosa, con entrada y salida, atravesada por un riachuelo, tiene 60 metros de largo y 30 de alto, donde se concentra la especie de aves tayo.

Esta especie, también conocida localmente como Guácharo, es nocturna, por lo cual se refugian durante el día en grietas rocosas; se alimenta de frutas, de árboles maderables, como palmera y aguacatillo.

En los taludes cubiertos por tupida y diversa vegetación  habita el gallito de la peña, un pájaro con plumaje delicado y una cresta de color rojo intenso, típico de las cuencas de ríos grandes y bosques húmedos.

En cuanto a gastronomía, en el Chaco se puede degustar tilapia asada y maito de trucha, especies de peces de climas fríos y abundantes en los ríos locales; carne de res ahumada y caldo de gallina criolla.

La comunidad Oyacachi, ubicada a hora y media en la parte alta del poblado, ofrece piscinas de agua termal, artesanías, comida tradicional andina y encantadores ríos, cascadas, bosques y paseos ecológicos. (I)

Tome nota

Gracias a las estrictas medidas de seguridad que se aplican en el rafting, hasta el momento no se han registrado accidentes ni pérdidas humanas.

En verano (noviembre) el clima y la cota de los ríos son ideales para practicar deportes extremos. Además se pueden realizar caminatas.

La deliciosa gastronomía local está disponible en restaurantes y comedores de las 5 parroquias. El costo de cada platillo varía entre $ 2 y $ 4.

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