Aunque parezca un asunto poco importante, elegir una buena maleta a la hora de viajar es crucial.

Según un estudio realizado por la multinacional Business Analytics de InterMundial Seguros, los daños en maletas son el 40% de las incidencias que sufre el equipaje en los aeropuertos, seguidas por la demora en la entrega (35%), robo (15%) y pérdida definitiva (10%).

La mayoría de las maletas que se comercializan, hoy en día, llevan ruedas y, aunque todas parezcan iguales, lo mejor es si son de goma y con rodamientos, porque son más duraderas que las de plástico.

Se recomienda que la pieza principal del equipaje lleve ruedas y mejor si están empotradas, porque se rompen menos en las manipulaciones.

Hay muchos viajeros que también se fijan en la dureza del exterior de la maleta de viaje; todo es cuestión de gustos y del tipo de viaje pero hay cosas a tener en cuenta. Las rígidas no son las más adecuadas para el automóvil, ya que ocupan mucho espacio y pueden ser difíciles de encajar. En este caso es mejor optar por las semirígidas o las blandas, porque en el avión, desde que facturas el equipaje hasta que lo recoges en la cinta, las maletas habrán recorrido un largo camino por las cintas de transporte; habrán cambiado varias veces de mano; habrán sufrido numerosos golpes y habrán estado debajo de muchos kilos de equipaje.

Las rígidas protegen todo el contenido, pero lo más habitual es que cuando las recoges estén rayadas, golpeadas e incluso rotas. Las maletas de viaje blandas no protegen el interior y el viajero deberá llevar lo que se pueda romper en el equipaje de mano o colocarlo en la maleta dentro de algún recipiente que lo proteja. Por lo general, estas maletas soportan mejor los golpes y suelen llegar bastante bien. Las semirígidas parecen la mejor opción para volar. Por un lado el equipaje está parcialmente protegido y por otro, al no ser completamente duras tienen mejor resistencia a los golpes.

Según el blog Maletas Viajeras, también es necesario verificar el tirador de la maleta. Para asegurar nuestra comodidad, este debe tener la suficiente longitud. Algunos son demasiado cortos y terminan doblados.

Lo mejor es que la valija tenga 2 asas, una en un lateral y otra en la parte superior. Esta última, además, debería ser extensible con medidas apropiadas a la altura de cada viajero, ya que si es demasiado corta afectará a los lumbares, y si es demasiado larga no podrá manejarse bien. Además, a la hora de preparar el equipaje, lo ideal es rellenar todos los huecos.

Lo más recomendable es poner lo que más pesa y menos se arruga, por ejemplo, los zapatos y los neceseres de aseo personal, siempre colocados en el lado de las ruedas para que, al levantar la maleta, no aplaste ni mueva todo lo demás. También se pueden rellenar huecos con los cargadores, los cinturones, los pañuelos o las chaquetas, para luego ir colocando el resto de la ropa, dejando siempre lo más delicado para el final.