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Ecuador, 29 de Marzo de 2024
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El Telégrafo
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La zona cuenta con varios proyectos de turismo comunitario

Hoy cierra el festival de las parroquias rurales

La iglesia de la parroquia rural Puéllaro es uno de los atractivos de la llamada Ruta Escondida.
La iglesia de la parroquia rural Puéllaro es uno de los atractivos de la llamada Ruta Escondida.
Foto: John Guevara / EL TELÉGRAFO
29 de abril de 2017 - 00:00 - Redacción País Adentro

Las 5 parroquias rurales ubicadas en la llamada zona norcentral de Quito conforman, desde hace 11 años, la llamada Ruta Escondida. El proyecto busca incrementar el turismo en el sector de Puéllaro, Perucho, Chavezpamba, Atahualpa y San José de Minas.

Las parroquias, que culminan este sábado su decimoprimer festival, presentan una oferta que combina belleza natural, gastronomía y cultura.

A hora y media de la ciudad se sitúa el primer destino: Puéllaro, que encierra 2 atractivos principales.  El primero es su templo, que data de 1880, y el otro es su antiguo cementerio.

Para los amantes de la proteína animal, una opción sana son los cuyes asados de Puéllaro.

A un lado, en dirección noroccidental, se encuentra San Miguel de Perucho. Los integrantes del circuito turístico del área recomiendan la parroquia como un buen lugar para observar aves; entre ellas las lechuzas, que son visibles —dicen los vecinos— en las zonas bajas.

Para quienes gustan de la buena cocina, una de las especialidades del lugar es el sancocho peruchano, sopa en la que se utiliza una variedad de plátano pequeño propio del sector. Se sirve acompañado con tostado, ají y aguacate.

En cuanto a bebidas, una de las especialidades es el vino artesanal de mandarina sin alcohol. Más al norte está Chavezpamba, situada a 2.130 metros de altura y a 2 horas y media (en bus) de la ciudad.

Los habitantes de esa parroquia se especializan en la elaboración de un delicioso pan artesanal, cuya degustación es una de las recomendaciones obligadas en la guía de la Ruta Escondida.

Atahualpa, antiguamente conocida como Habaspamba, es una población ubicada a los pies del nudo de Mojanda Cajas.

Uno de los mayores atractivos del lugar es su cementerio, que con sus podados ornamentales constituye una pequeña réplica del camposanto de la ciudad de Tulcán.

El camino de esta ruta termina en San José de Minas, que debe su nombre a que la zona estaba llena antiguamente de minas de arena, piedra y cal y a la devoción de sus habitantes por San José.

Antes de llegar al pueblo, los visitantes pueden disfrutar de balnearios y de actividades como pesca deportiva. (I)

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