La Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión (CCE) estructuró un nuevo modelo de gestión cultural integral para el Sistema Nacional de Cultura. Este se  enfoca en nueve pilares operativos. La propuesta ve en los sistemas educativos su principal aporte, y también potenciaría la influencia de este organismo en el tejido cultural del país.

La CCE destaca la importante incidencia del Gobierno en la promoción cultural, aunque sostiene que hay una carencia de un programa global que resuelva falencias estructurales y formales presentes en este ámbito. Entre esas fallas describe una cierta polarización de actividades culturales en ciudades como Quito, Guayaquil y Cuenca, lo que implica un desigual desarrollo cultural. Además explica que “no existen los adecuados procesos formativos sistematizados ni métodos apropiados para formar permanentemente nuevos artistas”.

El plan señala, además, que aún impera el paradigma tradicional de cultura en que: “se la mira como un derecho de las élites intelectuales y se da atención preferente a lo que producen, exhiben, difunden, y comercializan”. Esto frena posibilidades de crecimiento y creación, lo que también estanca el desarrollo del país. Por ese motivo configura un modelo de gestión cultural que se sostiene en nueve pilares.

El primer punto, denominado Inclusión de horarios dedicados al desarrollo artístico en los programas académicos de educación elemental y secundaria, plantea agudizar el sentido artístico de los estudiantes, y para ello los docentes ubicarán en fichas de aptitudes y vocacionales a quienes se inclinen por las artes; se sugiere que los ministerios de Educación y de Cultura forjen competencias artísticas diversificadas interescolares e intercolegiales en cada jurisdicción.

El segundo punto -llamado Creación de Módulos culturales a cargo de los municipios- se concretará con la creación de teatro, cine, galería de arte, biblioteca, y museo en cada ciudad. En los grandes municipios  se recomienda iniciar cada módulo por zonas, luego operar en grandes barrios, después barrios pequeños, hasta incurrir en parroquias rurales de la misma jurisdicción.  

Una serie de eventos serán puestos en marcha para incentivar a los artistas: competencias intercantonales de danza, música y artes escénicas; grabación y reproducción de discos y vídeos; exposiciones, bienales o subastas de pintura y escultura; publicación de libros, presentaciones públicas y su comercialización. En estos actos se elegirá a los portentosos que representarán a sus cantones en distintos eventos artísticos. Apoyar a la profesionalización de los talentos es el objetivo de estos módulos.

CCE capacitará a promotores culturales que deben tener vocación cultural y, al menos, el bachilleratoEn el tercer punto se propone la Creación de Escuelas de Arte gestionadas por los gobiernos Provinciales. Se sugiere que a partir del sexto año los alumnos con vocación artística que aprueben exámenes de aptitud ingresen en estos centros. Los establecimientos ofrecerán una media jornada con estudios habituales y otra con énfasis en especialidades artísticas. El Gobierno Provincial concederá becas o creará internados que garanticen el bienestar de los alumnos, en el caso de que tuviesen dificultades de desplazamiento desde Juntas Parroquiales lejanas a las Escuelas de Arte. Los graduados de estas escuelas tendrán facilidades para acceder a la aún, en ciernes, Universidad de las Artes.

Un cuarto punto plantea que las empresas públicas y privadas construyan módulos culturales. Este  aspecto es poco claro y el menos elaborado de la propuesta. En dicho ítem, por un lado, se invitará  a ambos tipos de empresas a que incentiven a los trabajadores a participar en los módulos cantonales. El Ministerio de Cultura organizará eventos para impulsar la creación artística en todas las áreas. El Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) se encargará de construir los módulos culturales necesarios tanto para sus trabajadores, como para sus jubilados. Los dineros invertidos por las empresas privadas en asuntos culturales, coordinados con el Ministerio de Cultura, podrán ser deducibles del Impuesto a la Renta. Las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional también deben involucrarse en este itinerario.

La acción comunitaria cultural en manos de la CCE es el quinto punto de la propuesta. En él la Casa concretará el concepto constitucional de Ecuador como un país plurinacional e intercultural, con  la creación de Casas de la Cultura Comunitaria en comunas y nacionalidades indígenas para atender sus requerimientos.  Estos espacios contarán con trabajo voluntario de la comunidad. Al menos estos sitios  deben contemplar una actividad musical, una de danza o teatro cada mes. El titular de cada Casa será quien sostenga mayor prestigio cultural en la comunidad. La alcaldía del cantón respectivo pagará a un director ejecutivo y los gestores culturales necesarios para emprender el plan cultural en las comunidades.

Se fundarán talleres o escuelas de Gestores Culturales, en la matriz, y todos los núcleos, especialmente en  las casas de la cultura comunitaria. La formación de Promotores Culturales requerirá un nivel mínimo de bachillerato, con vocación cultural, y comprometidos con la revolución cultural. La Elaboración de un Sistema Nacional de Información Cultural (que ya existe y fue creado por el Ministerio de Cultura y presentado en abril pasado), es el sexto punto de los planteamiento de la CCE.

Según la propuesta, esta base de datos debe estar en manos de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, la cual hoy forma su  red propia con medios en línea, redes sociales, impresos, y alianzas estratégicas con medios públicos y algunos privados, a nivel nacional e internacional. El sistema se articulará con los nuevos medios públicos y comunitarios que surgirán a partir de la aprobación de la nueva Ley de Comunicación.

Otra de las propuestas es la Conformación de un Subsistema Nacional de Concursos, Festivales, Fiestas patrióticas, Fiestas Populares o Religiosas. Este subsistema jerarquizará actividades según su importancia y fecha habitual de realización para incidir en ellas o prever la participación de funcionarios y personajes del país en las mismas. Esto facilitará  festejar tradiciones y agregar nuevas, por ejemplo, el Tren de la Cultura que llevará anualmente un conjunto de variadas manifestaciones artísticas a los pueblos por donde pase, siguiendo un cronograma. En la Costa se puede realizar el Barco de la Cultura y en la Amazonía Los motores de la Cultura.

Para el puntal ocho se propone que el Ministerio de Patrimonio (que ya no existe) maneje bienes y productos tangibles. Para ello, según se plantea, se piensa que este Ministerio es el más idóneo para custodiar, administrar, y poner en valor museos, bibliotecas, cinematecas, hemerotecas, pinacotecas, sitios arqueológicos y arquitectónicos...

Como pilar noveno se promueve una mayor coordinación entre los ministerios de Cultura, Turismo, Educación y Medio Ambiente. La cooperación entre organismos -sostiene el proyecto- es necesaria, pues este plan se proyecta hacia el impulso del turismo cultural en el país. Sin embargo, es imprescindible difundir a nivel nacional la herencia cultural. Este proyecto integral pretende reanimar el Sumac Kawsay, armoniosamente desde el terreno cultural.