La Plaza Colón se ha llenado esta semana de stands pertenecientes a asociaciones o comercios involucrados con el manga y las historietas. Desde el lunes, en ese lugar se realiza la novena Convención Nacional del Cómic, organizada por la Dirección de Cultura y Promoción Cívica del Municipio local y el Cómic Club de Guayaquil, entidad emblemática de las historietas en la ciudad.

Además de la venta de libros -hay unos 1.200 ejemplares a disposición de los compradores-, la convención ofrece otros artículos, como figuras de acción, ánime, prendedores, afiches, películas en live action (historias de cómic o manga interpretadas por personas) o prendas de vestir.

La convención incluye además actividades como concursos de cosplay, torneos de cartas de Yu Gi Oh, lanzamientos de cómics y un concierto clausura donde bandas locales interpretarán temas de ánimes y películas basadas en historietas.

El caleño José Campo, organizador de Calicomix, uno de los eventos de cómics más grandes en Colombia, es el invitado internacional de la convención.

Campo, que ayer dictó tres charlas-taller estará en la convención, realizando ilustraciones en público hasta el domingo. Una de estas es una imagen que mezcla el Parque Histórico y Malecón 2000.

Uno de los stands reúne y pone a la venta trabajos de creadores locales: la Carpa del Cómic Ecuatoriano. El martes estaba ahí Valeria Galarza, autora de la historieta Competir x ti, un manga guayaquileño que narra la historia de Rita, una chica que se cambia de ciudad y entra en conflicto con un compañero que resulta ser un viejo conocido.

Galarza mostraba brevemente el borrador del segundo número de Competir x ti. “El spoiler”, lo llamaba. Ella es parte de una generación de seguidores de cómic y manga que intenta destacar con su arte en un entorno en que el género es aún visto como una cosa de niños.

Mientras artistas locales como Jossie Lara -profesora de la Espol que ha colaborado en The legend of Isis, un cómic de la compañía estadounidense Bluewater Productions- han encontrado espacios en agencias extranjeras, otros empujan para salir a flote en un contexto en que el apoyo para el desarrollo del cómic viene en mayor medida de las instituciones públicas, como el Municipio de Guayaquil y el Ministerio de Cultura, que ha auspiciado concursos cuyos premios son la publicación.

Junto con Galarza se encontraba Mauricio Gil, vicepresidente del Cómic Club de Guayaquil, quien explicaba un poco la situación actual de las historietas en la ciudad.

Si bien en los últimos 10 años el número de revistas tuvo un crecimiento geométrico -Alfredo García, presidente del Cómic Club, le decía a Andes que de dos revistas en 2003, ahora existen unas 21-, la mayor parte de las publicaciones de cómics en Ecuador, dice Gil, no pasa  del primer número.

Gil es autor de Leyendas, revista con más de 10 números, que ilustra mitos ecuatorianos. Cada publicación de Leyendas es independiente de la otra y en cada ocasión son ilustradas por distintos dibujantes ecuatorianos.

Por el stand asoman otros nombres, como Carlos Mendoza (autor de Angeluz, una novela ilustrada) o Malú Pérez (dibujante de Leyendas del oriente,parte de la colección de autoría de Gil). Ellos son alumnos de la Escuela del Cómic, un taller que se realiza en el ITSU con profesores del Cómic Club de Guayaquil.

A ellos se suman David Méndez y Eddy Vivar, autores de Exilio y Key Life, dos de las pocas publicaciones que han llegado a tener secuelas.

Esas dos historias están escogidas en la revista 9th Zone, donde también aparecen Ídolo y Hora Cero, ambas de Andrés Peñaherrera; Roptar,de cocreación de Luis Terán y Wladimir Cotrina (autor de El Golem).

Además, está Andrés González  con su revista DAD, que cuenta la historia de un ave misteriosa que sigue de cerca a tres adolescentes. La revista está a la venta en la convención, incluso antes de su lanzamiento oficial.

DAD será presentada hoy, desde las 11:00, junto al número 13 de Memorias Guayaquileñas (Dr. Francisco Campos Coello: Guayaquil hacia el siglo XX), en el teatro al aire libre José de la Cuadra, en la Plaza Colón, ubicado al pie del cerro del Carmen, en el centro de la ciudad.