China y Rusia, entre las dos naciones suman 1.550 millones de habitantes. Rusia posee el mayor territorio del orbe, mientras que China tiene el tercero, ambos países son dueños de un poco más de 26 millones de kilómetros cuadrados, un 18% de la superficie de nuestro planeta, donde existen enormes reservas de recursos naturales. China es segundo y Rusia tercero, en gastos para la defensa nacional.
Con sus altibajos, estos dos grandes de la historia tienen más de 65 años de relaciones diplomáticas, ya que el 2 de octubre de 1949, precisamente un día después de la fundación de la República Popular China, la entonces Unión Soviética se convirtió en la primera potencia en reconocer al nuevo régimen político y estableció relaciones diplomáticas con la naciente república. A partir de esa fecha, han consumado importantes acuerdos estratégicos. Son aliados en algunos foros internacionales, como son: el Brics, el G-20 y la Organización de Cooperación de Shanghái.
Aunque no lo hayan hecho constar formalmente, China y Rusia son dos aliados en la escena de la geopolítica mundial, donde la idea de la ‘defensa recíproca’ se hace evidente. Por ejemplo, han ido de la mano en el conflicto de Siria, votando varias veces en contra de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, que procuran condenar a ese país, donde Rusia tiene una base naval en la ciudad de Tartus, su único enclave en el mar Mediterráneo.
El actual presidente chino, Xi Jinping, ha enviado un claro mensaje de que continuará esa política con su vecino y socio, el mejor ejemplo es que su primer viaje al extranjero fue a Rusia. Luego de esa primera visita, Putin y él se han reunido en algunas ocasiones y han firmado acuerdos, siendo el más significativo el energético, celebrado en octubre de 2014, así como el de uso de sus propias monedas en las transacciones comerciales bilaterales, en detrimento del dólar.
Ante la crisis rusa, consecuencia de las sanciones de Occidente por la anexión de Crimea (Ucrania), agravada por la súbita caída en el precio del barril de petróleo, China ha expresado su solidaridad y manifestado su disposición para colaborar en su recuperación.
La importancia que el liderazgo ruso otorga a esta relación con China es tal, que cuando el presidente Putin, en su discurso anunciando que aceptaban la adhesión de Crimea como parte de Rusia, agradeció a los chinos por su apoyo irrestricto, hubo un sonoro aplauso.
Me parece conveniente esta relación entre China y Rusia, porque unidos representan un importante contrapeso al poder de ‘Occidente’, con Estados Unidos y Europa a la cabeza. Cuando existe un aparente ‘equilibrio de poderes’, es menor la tentación del más fuerte de querer imponer su criterio, aumentar su ‘espacio vital’, ocupando territorios o apropiándose de recursos de los demás países.
Entonces, las vías diplomáticas, así como el respeto al ‘Derecho Internacional’, quedan como únicas alternativas para dirimir los conflictos entre los pueblos.
