Esta vez mi internamiento en busca de salud fue de casi 4 semanas. 24 días recibiendo tratamientos diversos en Solca, con ayuda del IESS. ¡Mi Dios! Me avergüenzo tanto de utilizar cada vez con mayor frecuencia las atenciones de las dos nobles instituciones. Ahora, cuando a causa de las repeticiones en las visitas y la asiduidad en los internamientos, me he convertido con seguridad en uno de los pacientes que mejor conoce a Solca, puedo dar fe de la bondad, la comprensión y solidaridad de algunos miembros de su personal, empezando por su presidente, doctor Juan Tanca Campuzano, así como de muchos médicos, enfermeros y asistentes, que eso, su comportamiento para con los pacientes, depende de cada espíritu, de cómo se lo formó y de cómo recibió su propia conciencia aquellas instrucciones de valores morales.
Desde hace varias décadas, diversas agrupaciones científicas se encuentran investigando no solo para la cura del cáncer, sino también para el alivio del mieloma múltiple, una de las formas más agresivas, temibles y mortales de esta cruel enfermedad, considerada por nuestra Constitución y las leyes como catastrófica. Por suerte, algunos de ellos -como el Revlimid- ya se venden producidos por conocidos laboratorios transnacionales, claro que a precios elevados en extremo. Esta medicina pertenece a un grupo de medicamentos llamados inmunomoduladores, destinados a regular el funcionamiento del sistema inmunitario. Revlimid, en combinación con dexametasona, se utiliza para tratar a pacientes adultos diagnosticados de mieloma múltiple, un tipo de cáncer de la sangre que afecta a los glóbulos blancos que producen anticuerpos.
Por otro lado, los científicos han encontrado que la adición del medicamento Rituximab a la quimioterapia, mejora significativamente la supervivencia, especialmente entre los pacientes con el linfoma no Hodgkin de linfocitos B, CD20. Así lo demuestran los resultados de múltiples ensayos del estudio Internacional Primary Rituximab and Maintenance. Según los resultados del extenso estudio, el tratamiento de mantenimiento con el medicamento Rituximab redujo a la mitad el riesgo de recaídas en los pacientes con linfoma folicular, que respondían al tratamiento de inducción con una combinación de Rituximab y quimioterapia. El investigador director del grupo, Dr. Gilles Salles, de la Universidad de Lyon, en Francia, expresó: “Estos hallazgos nos dan esperanzas con respecto a la forma en que tratamos esta enfermedad”.
Como vemos, hay serias expectativas con respecto a la cura de enfermedades tan crueles y costosas como el linfoma y el mieloma. Pero el precio es también excepcional. El costo en el mercado por cada cápsula alcanza niveles que se encuentran fuera del alcance de las mayorías. Y esto no es justo para las ansias de sobrevivencia de los enfermos. En naciones donde las condiciones económicas de aquellos Estados se hace en extremo difícil, si no imposible, la adquisición y distribución gratuita de estos medicamentos, deberían intervenir organismos internacionales, como las Naciones Unidas. O qué mejor que la OTAN, que olvidándose un poco de armar guerra por el mundo, entregue parte de su alto presupuesto bélico para atender la salud de quienes padecen de linfoma o de mieloma y no disponen de los recursos para su tratamiento. (O)
