Ecuador, 28 de Abril de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Juan Montaño Escobar

Los pibes y la FIFA

03 de junio de 2015 - 00:00

El fútbol domina el imperio de los sentidos y es dueño absoluto del territorio de las emociones. Los pibes del barrio nos íbamos a dormir pensando que con cada gol convertido se acercaba el momento de debutar en la cancha mayor y si se fallaba se alejaba el arribo a la ‘cumbre del mareo’. Más adelante, cuando el pibe solo pelotea en el destiempo, porque está en la edad de las demandas cívicas, te atrapa el eterno yin yang de la esquina o el bar: se es de un equipo o de otro. Ya no es el artista del balón, pero será el comentarista y hasta corrige a los mejores. A los pibes no nos interesaba quién pretendía gobernar gambeta, pelota y gol; nos alegraba ese currulao de la libertad en la cancha de tierra batida o en el precario engramado.

Los pibes de la generación de este jazzman son de la gloriosa era de la radio, de los narradores pico de oro que reinventaron la fantasía para que jamás perdiéramos la capacidad de asombro. ‘Zona de candela’, era el área del arquero; ‘puntero de raya’, designaban a ese futbolista que tenía matemática en los pies para correr con tiralíneas por el filo de la cancha; nos asombraba esa paradoja rarísima de ‘jugar sin pelota’; también supimos el principio básico del futbolista es dominio, control y buen pase (vale para la Bombonera de Boca y para la canchita de barrio adentro); hasta hubo un ‘territorio de las ánimas’. La comunidad tiene gusto redondo.

Eduardo Galeano se ¿murió? aún siendo pibe. Fue el único que abiertamente confesó su negación en el balompié, un ‘pata de palo’ desesperante, algo valiente debió ser en la patria generosa y despiadada del fútbol. De ahí para acá toda la pibería adulta discute en voz alta que hizo bien las tareas, por eso critica con la autoridad del convencimiento falseta las fallas de sus ídolos. Y el pibe Galeano escribió en la lápida de los sueños muertos: “El fútbol ha hecho el triste viaje del placer al negocio”. La FIFA apareció remolona en 1904, para ordenar y programar las emociones regionales y mundiales.

Ese grupo de acomedidos sabía o supo que ahí estaba el mayor negocio de la historia: revender mitología. El bicho más malo les picó este día nefasto: supieron que decenas de millones de pibes, en todo el mundo, se duermen abrazando la almohada en sustitución del balón.

De agenciosos administradores de pasiones populares se volvieron canallas de lujos imperialistas, literalmente la etapa superior del bandidaje elegante y desalmado, por encima de los Estados-nación; ellos, los camajanes de la FIFA, confiscaron los deseos nacionales de campeonar por privilegiar el negocio transnacional y ya nada volvió a ser igual: la batalla de clases se instaló en las afueras de sus reuniones sin rozar sus decisiones. Donde hay pibes no hay FIFA diabólica y Diego Armando Maradona, el pibe de la pibería planetaria, hizo el retrato de la familia con sus padrinos, sus Don Corleones, y no le fue bien. Por estos días, el balón está embarrado como travesaño de gallinero. (O)

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media