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El Telégrafo
Gunther Kublik

¡Panas!, conocer sobre los apagones es importante

08 de noviembre de 2023

La noche de jueves 26 de octubre se anunció un ‘secreto a voces’, ya que producto de estiaje que afectó a nuestra principal central hidroeléctrica en la Amazonía, la Coca Codo Sinclair y, ante todo, de un característico modus operandi ecuatoriano reactivo y mas no preventivo... ¡Se fue la luuuuuuz!... y se seguirá yendo si nuestras autoridades no toman acciones.

Sin hacer un viaje a la Hora de Sixto de la década de los 90 (¡que no les contaré para que los panas curiosos investiguen!), recordemos que catorce años atrás, en 2009, ya habíamos también favorecido al ingreso económico de los que venden velitas durante cuatro meses, porque la Central Hidroeléctrica Paute fue afectada por sequías y no solo ella, sino también toda la economía ecuatoriana con un prejuicio que sobrepasó los mil millones de dólares. ¿Y qué nos distingue del pasado? Pues que ahora todo se vio venir y que nuestro país se encuentra inmerso en una ola de inseguridad nunca antes vista. Y, ante todo, la problemática que deseo resaltar yace en que como el hijo que nos pide la cartulina para mañana siendo las 10pm, se nos avisó de los cortes un día antes. Racionar el servicio eléctrico debe ser siempre la última opción, porque con esto ya se palpan consecuencias directas no solo en casos extremos como los familiares delicados de salud que están al cuidado en nuestros hogares, sino también en toda la cadena productiva; desde la gran fábrica industrial y el tiendero de la esquina, hasta nosotros, las familias comunes que dependemos de un refrigerador para que nuestra comida no se dañe.

Si queremos poner cifras al impacto económico, debo resaltar que es muy difícil de cuantificar, pero se estiman pérdidas económicas en el sector comercial para el mes de noviembre muy por encima de los dos millones de dólares, llegándose inclusive a tener un posible impacto mayor que el paro nacional de 2022.

Pero veamos la parte llena del vaso, no estamos ante el peor escenario. Como mis panas ya lo saben, los racionamientos de energía pasaron de cuatro (o tres) a dos horas al día y, ¡tampoco se fue la luz el feriado!

Asimismo, gracias al apoyo de nuestra guapa hermana del norte, Colombia se están concretando acuerdos para que nos presten electricidad y posiblemente nosotros la devolvamos en 2024... o que canjearemos por petróleo a futuro. Lo que sí está claro es que que aumentó la demanda en los últimos años pero no se incrementó la generación de energía, y que se supo del impacto del estiaje pero no se implementaron acciones preventivas.

Panas les escribí esto a la antigua, a papel, y como dicen algunos, no “depende de Diosito”, sino de mantenimientos, uso responsable y ante todo previsión.

Prendamos una velita, no para iluminar nuestros hogares, sino para iluminar a las autoridades entrantes para que se haga lo que se tenga que hacer, y que así el anuncio del 26 de octubre del 2023 no se repita el resto de nuestras vidas.

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