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Hábiles manos hacen con el oro y la plata finas joyas

Hábiles manos hacen con el oro y la plata finas joyas
04 de julio de 2018 - 00:00 - Rodrigo Matute Torres

Chordeleg desde siempre fue considerada la tierra de los orfebres. En este cantón azuayo se hacen las joyas más finas en oro y plata, pero más allá de ello los artesanos conservan la técnica de la filigrana.           

Esta técnica no es más que hilar el metal para transformarlo en elegantes joyas y, según los artesanos, se hace desde la segunda mitad del siglo 18. Con este laborioso arte, Chordeleg ya forma parte de la Red de Ciudades Creativas de la Unesco desde el 2017.

Alrededor del parque central, los artesanos venden de manera directa sus productos a precios asequibles para el público. Son más de 130 almacenes de joyería que ofertan una variedad de modelos en joyas.

Según el artesano Saúl Jara, la técnica de la filigrana es una de las más delicadas y más difíciles dentro de la orfebrería. “Se elaboran las joyas con hilos bastante finos, donde la plata o el oro ya no dan más en su contextura”.

El trabajo de filigrana en el 95% es elaborado a mano, “de lo que conocemos esta técnica tiene decenas de años”. Algunos indican que llegó con la colonización, en tanto otros señalan que tiene origen turco.

Jara explica que en las huacas (entierros) encontrados en el cantón Chordeleg, se han hallado joyas elaboradas con finos hilos, “¿cómo es que vino de otros países, si nuestros antepasados ya sabían elaborar este tipo de prendas?”, se preguntó.

Estirar, torcer y aplanar el oro y la plata en delgados hilos hasta convertir en finas figuras de animales, objetos para lucir, símbolos y demás elementos decorativos es la labor diaria de los artesanos en Chordeleg.

Esta actividad requiere de gran cuidado y destreza. Se trabaja en dimensiones de miniatura para finalizar con una figura de acabados exquisitos, delicados y de calidad. La finura y precisión de las manos son necesarias en todo el proceso de elaboración.

El oro y la plata son fundidos a altas temperatura, luego son colocados en una laminadora para reducir el grosor hasta obtener un hilo de pocos milímetros.

Luego, con la ayuda de tenazas, se pasa a las hileras, que son planchas de hierro dotadas de varios agujeros planos para el destruncado.

De allí viene el entorchado, que no es otra cosa que enroscar el hilo sobre una tabla de madera hasta lograr uniformidad. En seguida se realiza el atachado con fuertes golpes de martillo, según la página viajandox.com.

Luego se pasa al cartoneado, que consiste en dar forma al armazón del objeto, rellenando con una pinza pequeña y la uña. A continuación se hacen dobleces que conforman la parte final, cortando los excedentes de hilo con un alicate.

Solo en ese momento se procede a soldar para dar mayor consistencia al tejido. La etapa final busca el perfeccionamiento de la pieza mediante el lijado y abrillantado. 

Los artesanos elaboran gran variedad de artículos tanto en oro de 14 o 18 quilates, como en plata de 9.25 o 9.75 quilates, entre los cuales encontramos cadenas, anillos, candongas o zarcillos, figuras decorativas, y otros.

Flavio Jara, quien ya tiene más de 50 años de experiencia en la joyería, señala que el arte del filigrana y la orfebrería en esta zona data de tiempos inmemoriales.

Muchos vestigios se han encontrado en tierras cercanas a Chordeleg. “Se sabe que el pueblo de los cañari realizaba piezas de oro y plata,  entre ellas una de las reliquias más importantes, el Chunucari, que es hoy el logo del Banco Central del Ecuador”, indicó.

Señaló que el trabajo de la filigrana requiere de paciencia, dedicación y mucha creatividad, ya que las finísimas hebras son entorchadas y laminadas para, posteriormente, con mucha precisión, formar diferentes figuras que van creando las piezas.

Para realizar este trabajo se utilizan distintas herramientas, muchas de ellas fabricadas por los mismos orfebres a medida que van surgiendo las necesidades, así que el trabajo del artista va más allá de la pieza misma.

“Cada obra involucra un diseño y planificación,  se invierten ideas, emociones, expectativas y mucho tiempo, que finalizan en un producto cargado de significado”, según la página Chileógrafos.

El alcalde de este cantón,  Jorge Coello, dijo que ser miembro de la Red de Ciudades Creativas en el mundo  hace “única” a Chordeleg y que debe convertirse en realidad uno de los proyectos estratégicos que es formar el centro de capacitación para recuperar y revalorizar esta identidad que ha sido amenazada.

“La filigrana nos ha dado presencia, prestigio y hay una ciudad que es Chordeleg, única por su creatividad”.

Según la autoridad y de acuerdo a las estadísticas que maneja el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), el 67% de la población está vinculada, de manera directa e indirecta a la joyería. “Este es un indicador que nos compromete a poner en marcha políticas, estrategias y proyectos que permitan ir al rescate y hacer que al mismo tiempo se proyecte en el tiempo”.

El río Santa Bárbara proveía de oro a los artesanos, pero con el tiempo esto ha cambiado y ahora lo traen del sector de Bella Rica, del cantón Zaruma, Nambija y hasta del Perú.

Coello añadió que Chordeleg no produce la materia prima, pero sus productos se han convertido en la identidad de este sector, como la candonga que es elaborada a base de plata. Este zarcillo logró fama cuando se realizó en Ecuador el concurso de Miss Universo y las candidatas lucieron esa joya. (I)

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