Capacitar a los jóvenes en destrezas artísticas para que puedan dejar las calles es la esencia del Circo Social que este lunes inició un nuevo ciclo de enseñanza en Quito. Son cerca de 80 jóvenes, entre 16 y 28 años, los que en esta ocasión se vinculan al proyecto que en la capital está bajo la responsabilidad del patronato San José desde hace dos años.

Cuando nació el Circo Social, hace casi tres años, bajo la dirección del entonces vicepresidente Lenín Moreno, solo estaba enfocado en reclutar niños. “Lo que deseamos es establecer una especie de semillero para que cada vez existan más personas que se vinculen a la actividad circense, que pretende ser un anclaje del tema cultural con lo social y psicológico”, indicó Nilka Pérez, directora del Patronato San José.

José Males tiene 18 años. Se unió al Circo Social para perfeccionar las actividades circenses que practica en las calles. Ahora es un voluntario del proyecto y transmite sus conocimientos a otros integrantes. En la actualidad el proyecto cuenta con profesores de clown (payasos), acrobacias en tela, malabares, gimnasia y música. Posee también un elenco fijo de 30 artistas.

“Desde los 12 años me gustó esta actividad, sabía hacer malabares desde pequeño. Al principio estaba en las calles para obtener dinero y ayudar a la familia a subsistir. Ellos dependían de mí  y eso creo que me llevó a involucrarme con las drogas y la delincuencia”, admitió José.

Al momento José es parte de la compañía circense Macucos, que realiza presentaciones en distintas partes del país. Además, anima eventos de forma individual y esporádicamente visita algún semáforo para redondear sus ingresos.

De esta nueva convocatoria también participan jóvenes como Milagros Ortiz, quien es bailarina y encontró en el proyecto el espacio idóneo para exhibir sus dotes. “Solo pienso ser bailarina hasta terminar mis estudios secundarios. Después veremos si quiero hacer de esto una profesión”, expresó Milagros, luego de acudir al taller realizado en el Centro Histórico de Quito.

Otro de los objetivos del Circo Social es profesionalizar las artes circenses en los jóvenes, puesto que esta carrera artística como tal solo existe en Argentina y Brasil.

De acuerdo con el instructor, José Hidalgo, entre las actividades efectuadas se encuentran las visitas a centros sociales y de rehabilitación, para llevarles alegría y tratar de que alguno de ellos se involucre en esta ocupación.

Además de Quito, hay cuatro ciudades donde funciona el proyecto: Cuenca, Tena, Guayaquil y Loja. En cada una el monto de inversión supera los $ 3 millones. Por lo general, los gobiernos locales se encargan de gestionar esta iniciativa que hoy está a cargo del Ministerio de Cultura.