Durante la época invernal es común el aparecimiento de baches en las calles y con ellos también se convierten en un dolor de cabeza los daños que estos causan en  los vehículos. En la avenida Carlos de la Torre, en el sector de La Villaflora, desde hace unas semanas un hoyo en la calzada  de aproximadamente 80 cm ha obligado a varios conductores a detenerse para revisar la magnitud de los daños en sus automotores.

Ese fue el caso de Daniel Vásquez, un ingeniero eléctrico que por la noche regresaba  a su casa, ubicada    en el sector de La Gatazo. Hace dos semanas la poca visibilidad le impidió evadir el bache y cayó bruscamente. El daño fue grave: dos llantas traseras reventadas y los aros doblados, la rotura de varias piezas como las puntas de ejes y una avería en el sistema de dirección. La reparación -incluido el costo de la wincha para el traslado a la mecánica y la mano de obra-  alcanzó los  430 dólares.   

Vásquez recuerda que tras el impacto: “me orillé enseguida y detrás de mí cuatro carros más cayeron en ese hoyo y tuvieron el mismo problema”. Aquel bache -afirma- ha sido cubierto varias veces, pero las lluvias registradas en las últimas semanas reavivaron el problema.

La noche del 24 de mayo, Ana María López tuvo el mismo percance en ese sitio, lo cual dejó dos aros doblados y dos llantas traseras reventadas. López calculó que la reparación le costaría cerca de 300 dólares, aunque no evaluó los daños mecánicos.

La joven denunció que las alcantarillas de esa calle no tienen tapa y, por esquivar este problema, los conductores caen en los baches. Solo en esa calle -dijo- hay cinco. Ese día conoció que la aseguradora con la que trabaja -ya que solicitó el servicio de auxilio inmediato-  atendió otras cuatro emergencias en la  misma calle. Pero lo que más preocupa a López es la cantidad de accidentes que podrían provocar esos baches.

Patricia Arroyo, moradora del barrio La Tola, contó que en la extensión de la calle Iquique existen al menos 10 baches. “Recogía a mi hijo en la Facultad de Medicina  y antes de llegar a la entrada del parque Itchimbía, mi auto cayó en uno de los huecos  y la llanta se reventó. La compostura me costó $ 25”, indicó.

Para atender esos problemas, la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y  Obras Públicas cuenta con un seguro que cubre los daños de los vehículos ocasionados por las malas condiciones de las vías.

El Departamento Legal de la entidad explicó que los afectados deben enviar una carta dirigida al Gerente General en donde cuenten lo sucedido y adjuntar los documentos que prueben que el auto fue perjudicado por el bache. Por ejemplo: fotografías del daño, del hueco, el parte policial (de tenerlo), facturas de la compostura, recibo de pago de la wincha y la evaluación de un mecánico.

La Epmmop cubrirá el daño o, de ser el caso, reembolsará el monto de la compostura, siempre y cuando existan los documentos de respaldo. Luego de que el dueño del auto entregue los documentos, la institución realizará un proceso de evaluación de la solicitud que puede durar aproximadamente 30 días.

Este servicio es poco conocido por los transportistas y cuidadanos. Guillermo Peñafiel, comerciante, cree que es importante que la Epmmop realice campañas para que la comunidad se entere de la existencia de este seguro. “Que haya este servicio implica que el Municipio actúa con transparencia, pero también es importante que las vías sean arregladas”, comentó.

La Epmmop tiene previsto invertir 440 millones de dólares en la construcción de obras viales y la rehabilitación y mantenimiento de calles y avenidas. Este monto contempla la ejecución de proyectos como la construcción de la Ruta VIVA, la prolongación de la avenida Simón Bolívar y la rehabilitación de la avenida Mariscal Sucre.