No son parte del buró político de Alianza PAIS (AP), ni altos funcionarios de Gobierno, tampoco asambleístas ni autoridades locales. Son ciudadanos “comunes y corrientes”, militantes de izquierda, simpatizantes cercanos a PAIS en mayor o menor medida, académicos, estudiantes y profesionales de diversas ramas, que a partir de las elecciones del 23 de febrero sintieron la necesidad de debatir sobre cuestiones políticas, interrogarse sobre la dinámica interna del movimiento y la gestión gubernamental, hacer autocrítica, pero sobre todo promover la participación desde un espacio formal con capacidad de incidencia.

Así nace ‘El Foro de los Comunes’, que tuvo su primer encuentro en el campus del Girón de la Universidad Politécnica Salesiana. Hasta ahí llegó gente de Babahoyo, Cuenca, Riobamba, e incluso españoles y argentinas que viven en el Ecuador y se sienten identificados con el proyecto de la Revolución Ciudadana y el Buen Vivir. “Hoy vivimos una pereza asociativa, una militancia light, un activismo ‘twiteriano’ o cuando más electorero”, señaló Daniel Vizuete, uno de los fundadores del foro.

Valeria Puga, otra de las integrantes, explicó que ese espacio surgió de encuentros informales de alrededor de 20 amigos, conocidos e interesados en la ‘cosa pública’,  que decidieron organizarse, abrir la convocatoria y plantear la discusión.

El objetivo es “apuntar a reactivar el proceso político de interrogación constante, de duda, de debate”, explicó Puga.

Con un auditorio lleno (cerca de 200 personas), los académicos Franklin Ramírez y Matthieu Le Quang, presentaron el análisis de las elecciones y expusieron sus hipótesis para explicar el escenario político tras el 23 de febrero, que está recogido en el documento ‘Lo que señala el 23-F: siete tesis para el debate de AP y las izquierdas’.

Con base en los resultados oficiales, Ramírez y Le Quang esbozaron algunas conclusiones: AP a escala nacional se reafirmó como una “fuerza hegemónica”; al comparar las elecciones de 2009 y 2014, el movimiento perdió votación en la Sierra y ganó espacio en la Costa y Amazonía; existió una “mala elección de alianzas”, entre otras. Ramírez subrayó que AP se configuró como “una fuerza que gana perdiendo”. Luego el debate se abrió.

A través de grupos de trabajo, los participantes se reunieron en 4 aulas de la universidad y discutieron, entre muchos puntos, la decisión de candidaturas, la democracia interna de AP, la necesidad de rendición de cuentas de los Comités de la Revolución Ciudadana (CRC), aspectos programáticos y la relación Gobierno-burocracia-movimiento.

Las propuestas, desencantos e ideas fueron sistematizadas por los organizadores y se convertirán en un planteamiento formal del foro que será enviado a la convención de AP. Esa reunión se desarrollará en Esmeraldas el 1 de mayo.

Lupe Ruiz, quien llegó de Riobamba y forma parte de un CRC, se mostró decidida a “desinstitucionalizar” la participación ciudadana y recuperarla a través de un mayor protagonismo de las organizaciones sociales que se aglutinaron para dar forma a lo que hoy es AP.

De su parte, Freddy Lobato, quien forma parte de un colectivo GLBT (gays, lesbianas, bisexuales y transexuales), abogó porque “no se pierda la esencia” de PAIS y por diseñar una nueva agenda de izquierda que se convierta en la hoja de ruta para los próximos años.

Otros participantes hablaron sobre la “pasividad de la militancia”, pese a que AP es la fuerza política mayoritaria del país. También se refirieron a la importancia de “reconectar” a las bases con la dirigencia política para conocer sus aspiraciones, necesidades y propuestas.

El foro tiene previsto continuar con los encuentros en las próximas semanas y abordar otras temáticas.