Ecuador, 18 de Mayo de 2024
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El Telégrafo
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Análisis

Moreno con guantes de box: ¿qué viene?

El martillo fue una de las herramientas políticas clave de Rafael Correa, cuando estuvo en el poder. Apoyado en el enorme respaldo popular que tenía, golpeaba sin cesar hasta que el enemigo quedaba pulverizado.

Hoy, Lenín Moreno ocupa Carondelet y su oposición dispara desde dos flancos: el correísmo de línea dura y la derecha de línea sinuosa. Para el primero, el Jefe de Estado riposta con el mismo chocolate: responde fuego contra fuego.

Si el correísmo mostraba fuerza en las calles, Moreno ahora hace lo propio. Por ejemplo, el martes catapultó a su nuevo fichaje: Gustavo Larrea y las huestes de Democracia Sí. El correísmo usaba las sabatinas como púlpito; Moreno se toma unos minutos de cadena nacional para posicionar la consulta popular. Sobran los ejemplos... Los analistas dirán que esta semana despertó el león dormido. Así parece, porque desde que Correa anunció su retorno, Moreno no deja de avanzar.

Sabe que tiene la iniciativa y convoca a la directiva nacional de PAIS, con dos claros objetivos: desbancar al correísmo radical (Gabriela Rivadeneira, Ricardo Patiño) y organizar su convención nacional.

Con ello pone a Correa contra las cuerdas porque el exmandatario viene justamente a la convención que preparan sus afines para el 3 de diciembre en Esmeraldas. La militancia y la ciudadanía en general se preguntarán: ¿cuál es la verídica? Eso lo resolverá el Tribunal Contencioso Electoral (TCE). Por lo pronto, Moreno ha logrado que la cita de Esmeraldas se cubra con un halo de deslegitimidad.

El Jefe de Estado seguirá martillando a su estilo, siempre con el cronómetro político en la mano para medir los momentos y las circunstancias. Hoy tiene un baño de masas con sus aliados aglutinados en Centro Democrático y Fuerza Compromiso Social. Se  trata de otra demostración de fuerza en Guayaquil, ciudad en la que aterrizará Correa 48 horas después.

En definitiva, el presidente Lenín Moreno se ha puesto los guantes de boxeo para recibir en el ring político a su otrora coideario. Es la lucha de titanes más potente que ha visto el Ecuador en la última década. Ojalá no signifique el retorno a la temida inestabilidad. (O

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