El triunfo del Presidente de la República consolida su liderazgo en Ecuador y debilita a la oposición, que no ha presentado alternativas frente al oficialismo. Hay un afianzamiento del proyecto político de Rafael Correa y una deslegitimación de la oposición, que no ha podido ser un contrapeso para el Gobierno.

Sin embargo, Correa pierde en una provincia amazónica  donde  Sociedad Patriótica lleva la bandera de lucha y no deja espacio para el movimiento PAIS. En esa zona es donde el Presidente debe evaluar a sus autoridades provinciales para ver si ellos están cumpliendo con los requerimientos de la población.

No obstante, lo que se le viene al Presidente es positivo, porque tendrá una Asamblea con mayoría que le permitirá aprobar leyes sin dificultades. Pero este espacio debe ser aprovechado por el Mandatario para aprobar proyectos legislativos que beneficien al pueblo. Es la voluntad del pueblo la que ha ganado, valorando las propuestas de cada uno de los candidatos.

En la última elección de la consulta popular, en Loja, los resultados fueron negativos para el Gobierno, pero ahora Correa obtiene una buena votación, aunque no se ve reflejada del todo en los asambleístas.

El electorado lojano también eligió a otros candidatos de diferentes movimientos, pero evidentemente lo que el pueblo está avalando es la situación favorable que vive el país.

Para el común de los ecuatorianos lo más importante  es el trabajo y la salud. A pocos  les interesa lo que diga la oposición. Los actos de corrupción que se han denunciado en contra del Gobierno hay que investigarlos, pero estos temas pasan a segundo plano para los ecuatorianos, a quienes más que nada les preocupa tener empleo, seguridad y un espacio para vivir tranquilos con sus familias.