Baños de Agua Santa, ciudad tungurahuense ubicada a 40 minutos de Ambato, es, junto a las islas Galápagos, uno de los lugares más visitados del Ecuador. Unos 800 mil turistas llegan al cantón cada año, según estimaciones municipales.

Ríos, valles, cascadas, paseos ecológicos, comida típica, pesca y la oportunidad de practicar deportes extremos son algunos de los atractivos que año tras año convocan a miles de norteamericanos, europeos, asiáticos y australianos. El volcán Tungurahua, en proceso eruptivo desde 1999 y observable desde al menos 6 miradores de Baños, constituye un encanto natural inigualable de esta urbe, considerada la puerta a la Amazonía y ‘capital’ nacional para la práctica de canopy, salto bungee, rafting, descenso de cascada, etc. Pero este pequeño y a la vez acogedor cantón ofrece además la posibilidad de explorar la fauna y flora típica de las estribaciones de la cordillera de Los Andes y de buena parte de la región amazónica.

Esto es posible con una visita al Eco Zoológico San Martín, refugio animal ubicado en la carretera que conecta a Baños con el vecino cantón de Patate. Este espacio, cuyo nombre se debe al sector donde está ubicado, abrió sus puertas hace 26 años, convirtiéndose en el principal zoológico de Tungurahua y de la región.

Orlando Vega, gerente propietario, explica que allí conviven 300 especies. “El zoo se inauguró en 1990. Antes de esto trabajé 17 años con la comunidad dominicana, que tenía un pequeño refugio animal en el que desarrollé un gran aprecio por la fauna, tan fuerte que decidí abrir el zoológico San Martín, que brinda alojamiento y cuidados especiales a animales provenientes del tráfico ilegal”, dijo.

En esta última parte, Vega se refiere al traslado de especies que son rescatadas de casas, jaulas y otros lugares no aptos para la crianza de mamíferos, reptiles y aves; hasta este lugar. Funcionarios de la dirección provincial de Ambiente, entidad que realiza patrullajes y atiende denuncias de tenencia ilegal de fauna, retiran las especies de lugares no autorizados y buscan albergues cercanos donde sus derechos estén garantizados. Una vez en el zoológico reciben atención médica pues muchos de los animales han permanecido por mucho tiempo en lugares no aptos para su convivencia y reciben una dieta especial así como limpieza, nutrición y desparasitación.

Para ello San Martín cuenta con una clínica completa en la que los animales reciben cuidados sanitarios especializados, según la especie y el estado, en las áreas de quirófano, prehospitalización, hospitalización, endoscopía y rayos X; zona de cuarentena, en la que los animales pasan sus primeros días hasta que se adapten al lugar; área de preparación de alimentos y zoo hotel.

Actualmente la extensión total del zoo abarca 8 hectáreas y en este año se pretende ampliar el espacio con el propósito de alojar más animales y dotar de mayor comodidad a las existentes. Los cubículos y demás habitáculos de las especies están especialmente diseñados para facilitar la alimentación, descanso, paseos e interacción entre animales de una misma familia. Esto facilita la recreación y comodidad de los animales y sobre todo, priorizar la seguridad tanto de los visitantes como de la fauna. “La prioridad, primero que nada, siempre será la seguridad y bienestar de los visitantes y luego el bienestar de los animales”, agregó Vega.

Los 300 animales que viven en el Eco Zoológico San Martín pertenecen a 55 especies. Existen 3 áreas: aves, reptiles y mamíferos.

En esta primera se puede apreciar diversas familias de pájaros de la Sierra, Amazonía y Litoral ecuatoriano. Entre ellos loros, águilas, búhos, patos, pavas de monte, gallinazo rey, guacamayas, pericos, pavos reales y el ave insigne del Ecuador: el cóndor.

Hailiz Calero, guía temporal de San Martín, señala que el habitáculo del cóndor es una de las áreas más visitadas del zoo. “Niños, jóvenes y adultos quedan fascinados al ver el majestuoso aleteo y vuelo de una de las aves más grandes del mundo. Los visitantes no pierden oportunidad para fotografiar a este hermoso y cautivador animal, que hoy está en peligro de extinción, y cuyas acrobacias aéreas se puede apreciar en las tardes”, dijo.

Al igual que Calero, muchos estudiantes de veterinaria e ingeniería en ecoturismo del país han realizado sus prácticas preprofesionales en el albergue. “En mi caso provengo de la Universidad Estatal de Machala pero hay otras chicas y chicos que vienen de centros de estudios superiores de Guayaquil, Cuenca, Riobamba y más ciudades, incluso de naciones vecinas; a fin de cumplir con el mínimo de horas de práctica requeridas por los centros de estudios superior”, añadió Calero.

Beatriz, estudiante de veterinaria de 23 años, temporalmente está encargada del área de hospitalización animal, donde se aplican varios tratamientos médicos a las especies. “No se puede aplicar un mismo tratamiento a un ave que a un mamífero. Por ello es importante una completa evaluación del animal, tomando en cuenta la sintomatología, principales malestares y tiempo de enfermedad, antes de aplicar medicamento”, aseguró la estudiante.