Tener dulces sueños es mucho más importante de lo que parece, pues dormir bien es indispensable para vivir. Y aunque no recuerdes nada de lo que pasa mientras duermes, lo cierto es que tu organismo no para de trabajar.

El cerebro del ser humano obedece a un ritmo circadiano, el reloj biológico, que hace que las funciones fisiológicas del organismo cumplan un ciclo de 24 horas coincidiendo con el estado de vigilia y sueño.

Es así que la persona se levanta porque hay un estímulo luminoso que le indica que llegó el día. Cuando este estímulo desaparece, aparece la necesidad de dormir.

Para que el sueño empiece y se mantenga es fundamental la obscuridad. Esteban Tapia, neurólogo clínico y especialista en medicina del sueño, asegura que durante el día la luz ayuda a que los sujetos estén más activos, porque hace que algunas hormonas se bloqueen y que otras se expresan más.

Explica, además, que cuando llega la luz a través de la retina, hay una estructura en el cerebro que envía información indicando que ya es de  día. En ese momento se bloquea el uso del ADP,  un metabolito que se acumula en el cerebro durante el día y se consume durante el sueño.

Si ya no hay luz —continúa Tapia— inicia la producción de melatonina en el cerebro, sustancia natural que hace que el ser humano concilie el sueño. Por ejemplo, cuando las personas se duermen con la televisión encendida, la luz, proveniente de este equipo electrónico, estimula el cerebro y bloquea la producción de melatonina lo que le impide dormir.

Precisamente lo que mantiene despiertas a las personas es la inhibición de esta sustancia. El sueño, por otro lado, tiene 2 etapas, la primera se denomina sueño no rem y es la preparación para ir del sueño superficial al sueño profundo. Está formado por las fases N1, que es el sueño superficial, N2 que es el sueño consolidado, y N3 que es el sueño profundo, es decir, el sueño de ondas lentas. Después se pasa a una segunda etapa que es el sueño rem, conocido como la etapa de máxima actividad cerebral en la que los ojos tienen un movimiento vertical u horizontal involuntario y hay un bloqueo de toda la actividad muscular desde el cuello hacia las extremidades inferiores impidiendo el movimiento, por ejemplo, caminar. 

Todo este ciclo se repite entre 4 y 6 veces en la noche y es necesario para consumir la melatonina y el cúmulo del ADP.

En la segunda etapa se produce el sueño y las personas pueden hacerlo toda la noche, aunque no lo recuerden. Mientras duerme su cerebro no se apaga, este logra descansar y recuperarse en el sueño no rem, porque trabaja más despacio.

Las horas de sueño dependen de cada persona y del tiempo que necesite para recuperarse. Hay el dormidor corto para quien le es suficiente 4 o 5 horas de sueño, y hay el dormidor prolongado que requiere más de 8 horas.  

Los niños son los que más duermen, a medida que crecen su horario va cambiando. A los 5 años, cuando su cerebro ya ha madurado pasará despierto durante el día y dormirá la noche.

Según el neurólogo Jorge Pesantes, el recién nacido duerme alrededor del 70% del día. Entre los 2 y 4 años el niño debe ya dormir toda la noche y hacer una siesta en la mañana y en la tarde; a partir de los 4 años las siestas se reducen solo a la tarde, a los adolescentes se les recomienda dormir unas 10 horas y a los adultos entre 6 y 7 horas.

Mientras duermen, las personas se reponen físicamente de las actividades del día, conservan energía porque ahorran calorías, recuperan las vías del sistema nervioso y los neurotransmisores, descargan emociones y se consolida su memoria.

Si el ciclo de sueño se cumple con normalidad, seguro tendrán  un descanso placentero y reparador. Pero ¿qué pasa cuando se despiertan y continúan con sueño?

Según Pesantes, existen 80 trastornos del sueño descritos. Hay patologías en el sueño no rem y en el sueño rem. Por ejemplo, en la primera se observa el sonambulismo y los despertares confusos que son aquellos en los que aparentemente te despiertas, hablas con tu pareja, pero después no te acuerdas; en la segunda se puede dar el trastorno de pesadillas y el trastorno comportamental en el que se pierde la atonía de los músculos y la persona se mueve en la cama agresivamente mientras sueña.

Cuando un individuo tiene sueño fragmentado, no descansa bien. Por lo general, tiene pocas horas de sueño en la noche y duerme pequeños momentos durante el día  para recuperarse. Si no durmieron bien, estas personas tendrán problemas en sus actividades diarias.

Según Tapia, estos individuos tienen pésimo o mal funcionamiento cognitivo durante el día; son más lentas y reaccionan menos a los estímulos.

Al mismo tiempo,  su atención se ve disminuida, se irritan, tienen  dolores de cabeza, y a largo plazo pueden tener problemas en su salud como aumento de peso, hipertensión arterial, aumento de riesgo de padecer diabetes y cardiopatías.

Todos los trastornos del sueño pueden ser tratados. Primero se elabora una historia clínica, se recibe información del acompañante y por lo general se realiza un estudio que se denomina polisomnografía, un estudio multidisciplinario, en el que se identifican las fallas en los ciclos del sueño.

Dormir es sagrado, por lo que las personas deben controlar el ambiente del dormitorio como si fuera un templo.

La cama es solo para dormir y no para comer o escribir en la computadora. Para alcanzar un sueño placentero se deben establecer horarios regulares de sueño y conservarlos los fines de semana también.

No es conveniente consumir sustancias que contengan cafeína o nicotina ni bebidas alcohólicas 4 o 6 horas antes de dormir. Recuerda que la tecnología que tiene luz, como el iPad, es estimulante del cerebro y puede dañar la calidad del sueño.

Tampoco debes hacer ejercicios extenuantes antes de acostarte ni realizar siestas durante el día. No lleves tus preocupaciones a la cama, toma 20 o 30 minutos antes de dormir para solucionar los problemas del día.

Si lo deseas anota en un papel lo que debes arreglar al día siguiente para que te olvides de ello y puedas dormir de manera placentera. Si no consigues dormir, levántate, haz alguna actividad que te relaje, como escuchar música en un lugar con poca luminosidad, y vuelve a la cama solo cuando ya sientas sueño.  (VEC)

Curiosidades

En la segunda mitad del sueño se da el pico de menor temperatura corporal, este es un mecanismo fisiológico en el cual los grados del cuerpo bajan entre 0,5 °C  a 1 °C, por eso te suele dar frío mientras duermes.

Quedarse mucho tiempo acostado en la cama no es bueno para conciliar el sueño, ni para empezar tus actividades diarias.

Al dormir se libera más la hormona del crecimiento y se modifica el metabolismo. 

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