Decorar la sala toma tiempo y más aún cuando el espacio es amplio. En el caso de los sofás esta decisión suele ser más significativa, porque además de buscar un diseño original, debe primar la comodidad y funcionalidad. Los sofás blancos reúnen muchas características positivas. A pesar de ser los protagonistas de los ambientes minimalistas, se combinan fácilmente, son compatibles con todo.

Según la página www.westwing.es, la elección de un sofá blanco siempre crea cierta inquietud, ya que se suele pensar que no son funcionales por su delicado mantenimiento, pero no todos los materiales con los que están elaborados requieren un cuidado especial.

Es recomendable situarlo en espacios donde no haya una exposición directa al sol y alejarlo de objetos cortantes o mascotas. Lo más sencillo para su limpieza es pasar un paño humedecido y dejar secar. En el mercado también se ofrecen productos especiales para su limpieza.

Quienes adquieren sillones blancos optan por aquellos modelos con fundas lavables, ideales si tiene niños o mascotas. Hay personas que quieren resaltar la pulcritud de un sofá blanco. En esos casos se recomienda pintar las paredes de tonos más llamativos o escoger un par de cojines con estos tonos.

Si su intención es crear un ambiente más formal, las paredes pueden ir pintadas con tonos beige. Este tipo de muebles pueden transformar su sala en un espacio de elegante, además de darle una sensación de limpieza. En caso de querer darle un aire más distendido a su sofá blanco, puede combinarlo con mantas en tonos juveniles.

Cuando se cuenta con un buen presupuesto, es posible optar por un sofá elaborado en cuero, un material que asegura una mayor resistencia y, por lo tanto, menor desgaste. La mayor ventaja de los sofás de cuero es su limpieza y mantenimiento.

Basta con pasar un trapo ligeramente humedecido para retirar con facilidad el polvo y la mayor parte de las manchas.

Si vemos que alguna se resiste o que está especialmente sucio, una toallita con crema hidratante como la de los bebés lo dejará como nuevo, incluso si es blanco. Un par de veces al año podemos proteger el cuero con una crema especial. Otra de las ventajas es su mayor durabilidad. Un mueble de cuero puede durar muchos años como nuevo, mientras que uno de tela, a pesar de que podemos lavar las fundas, se deteriora y se ensucia con mayor rapidez. Antes de comprar este mueble, fíjese también en el diseño y la presencia para que combine con su sala.