Aunque hay personas que disfrutan de comer a  solas, y lo hacen de forma habitual, hacerlo no es una práctica saludable.

 En realidad, son más los hombres que las mujeres los que tienen este hábito, según lo advierte un estudio desarrollado por la Universidad de Oviedo, en España, que añade que comer sin compañía implica alimentarse más rápido y peor.

Además, cuando se come en solitario, se tiende a consumir alimentos precocinados, platos preparados, alimentos pocos elaborados, y productos fríos y crudos, como sánduches, quesos y, por supuesto, ensaladas. Por otro lado, se ha constatado, a través de diferentes investigaciones que el menú del solitario se caracteriza por ser una ingesta muy inferior en cantidad, calidad y  variedad a la de una persona que desayuna, almuerza y cena en compañía.

De acuerdo con la revista Consumer.es, se demostró que quienes viven solos tienen menos motivos para hacer las compras y, por tanto, tienen una despensa menos variada y con pocos alimentos saludables.

La soledad, de algún modo, genera pereza para comprar y cocinar, además de una búsqueda de practicidad y menor tendencia a mantener horarios, todo lo cual afecta, de manera negativa, la alimentación.

Aunque no es una práctica recomendable, hoy en día, hay muchos restaurantes en el mundo que tienen cenas exclusivas para personas solas. Según un artículo publicado en la edición electrónica de la BBC de Londres,  el restaurante San Diego Top of the Market, contrató el año pasado al jefe ejecutivo Ivan Flowers para realizar algunos cambios en el local. Uno de los principales objetivos era aumentar el número de gente que come sola.

Según Flowers, los comensales que se sientan solos cerca de la cocina pueden “ver un espectáculo” que incluye demostraciones de cocina, degustaciones gratuitas y conversaciones con los cocineros.

“Nuestros comensales solos adoran ver a cocineros profesionales de ese nivel y tan rápidos. Cuando hay una pausa, empiezan a preguntar cosas del estilo de cómo evitar que algo se les queme cuando ellos cocinan en casa”, añade Flowers.

De esta manera, los clientes se olvidan de que no tienen compañía, porque no han estado solos ni un momento desde el instante en que entraron en el restaurante. Si bien hay personas que no tienen ningún problema en comer sin compañía, a otros les cuesta ingresar a un buen restaurante y sentarse solos, porque consideran que, desde el punto de vista social, es bastante incómodo.

En muchos casos, los comensales solitarios prefieren cambiar la cena por algo para llevar o consumir de forma anónima lo que ofrece el servicio de habitaciones del hotel, pero el estigma asociado a reservar una mesa para una sola persona está empezando a disiparse, sobre todo, en Estados Unidos y Europa.

En la actualidad, cada día más gente vive sola (en Estados Unidos, uno de cada siete adultos) y esto es algo que están tomando en cuenta los dueños de restaurantes, afirma Aaron Allen, consultor de estos locales en Florida.

Allen dice que los restaurantes de todo el mundo  intentan hacerse más acogedores para atraer a los comensales que van solos.

Stephen Beckta, chef y dueño de un popular restaurante en Ottawa, Canadá, dice que los establecimientos de calidad deberían percibir que los comensales solos representan “el mejor cumplido que puede recibir un restaurante”.

Sobre este tema, la nutrióloga Aída Arriaga indica que cuando las personas gustan de comer solas o no tienen compañía a la hora del almuerzo o la cena, regularmente, suelen padecer trastornos  nutricionales. “He visto a mucha gente que come sola y lo hace rápido, muchas veces para que otros no los vean; otros porque no tienen mucho tiempo por las exigencias laborales. En cualquier caso, no es lo ideal”, indica.

Para el microempresario Mario Andrade, no hay nada malo en comer sin compañía. “En lo particular no necesito de otros para comer, me encanta hacerlo escuchando música. Confieso que me alimento bien y de manera contundente. Yo preparo mi propia comida”. (ARB)

ESPECIALISTA

“En la sociedad actual tomamos muy poco tiempo para alimentarnos”

Diversos estudios poblacionales, dedicados a evaluar la conducta alimentaria, concluyeron que los individuos que comen solos tienden a elegir alimentos no tan saludables que aquellos que están acompañados.

El ser humano es, ante todo, un ser biopsicosocial y todas las conductas o decisiones tienen una relación directa con la interacción del individuo y su medio ambiente.

Hay muchos factores que influyen en la elección diaria de alimentos, la mayoría de los estudios apunta a que es mucho más probable comer alimentos no saludables cuando se toma la decisión de manera grupal o cuando se pertenece a un grupo de amigos.

En la sociedad actual, en vista de la premura y las exigencias del día a día es común tomar poco tiempo para alimentarse; comer “al paso” cualquier comida rápida y realizarlo de manera apresurada, es más común. Hay que indicar también que este hábito es más usual en adultos, porque los niños tienen una rutina diaria mucho más flexible.

Karla Rodríguez R.
Nutricionista y dietista ecuatoriana.