En la edición N° 91 del suplemento cultural Cartón Piedra, que circula los domingos junto con diario EL TELÉGRAFO, se presenta como tema central una reflexión sobre el sentido movilizador de la bicicleta en la cotidianidad de la vida, en el espacio público y en la intimidad de los recuerdos.

“Pensamos en nuestra primera bicicleta como si de nuestra primera novia se tratara. Unos con nostalgia, otros con dolor. Más allá del cliché romántico, montar en bicicleta es una experiencia de conocimiento de las facultades, tanto físicas como mentales. Los poetas, los novelistas y los cineastas, sobre todo estos últimos, han sabido aupar el mito en razón de esa experiencia”, apunta Santiago Vizcaíno, quien aborda las múltiples dimensiones de la bicicleta desde varios textos literarios.    

Asimismo, Santiago Aguirre propone un portafolio fotográfico de una de las ciudades del mundo en la que la  bicicleta se ha posicionado como un medio de transporte masivo y se ha convertido en una suerte de compañía para todos sus habitantes.

Marcelo Báez, quien hace poco estuvo en Génova participando en el XIX Festival de Poesía Internacional, nos presenta un reportaje sobre una exposición fotográfica  dedicada al cineasta  Stanley Kubrick, que se realiza en el Palazzo Ducale. La muestra itinerante (que organiza el Museum of the City of New York junto con el Musée Royaux des Beaux-Arts de Belgique) contiene trabajos del joven fotógrafo que abarcan el período que va desde 1945 hasta 1950. “Es un lustro productivo en el que apenas con diecisiete años (edad clave para el período formativo-temprano de todo aspirante a artista) se convirtió en más que un aprendiz de lo visual”, señala Marcelo Báez.

Hace pocas semanas, en el Centro Cultural Benjamín Carrión, el poeta cuencano Cristóbal Zapata lanzó su último trabajo literario “La miel de la higuera”. Andrés Villalba Becdach hace una lectura del libro, y apunta que “Libro extremadamente ordenado, extensión de la simetría de un verso de Jardín de arena ‘cuando no se puede hablar de belleza, es suficiente con su abrumadora evidencia’; o de algunos versos de Te perderá la carne ‘desde aquí has visto caer la noche sin gloria, exhausto de buscar un sitio, un cuerpo en ella. ¿Quién te dirá lo que fuiste, lo que quisiste ser? Te perderá la carne Escriba, te perderá la carne Escriba y nadie dirá nada por vos, nadie’”.

¿Qué tienen en común películas como “La noche de los muertos vivientes”, “El ciempiés humano”, “La masacre de Texas”, “El ente”, “El exorcista”, “El bebé de Rosemary”, “Los niños del maíz” o “El espinazo del diablo”, además de pertenecer, llamémoslo por ahora, al género del terror cinematográfico? Como apunta Sandra Araya, quien hace un cuidadoso recorrido por varias películas de terror: “Desde el atávico miedo a la oscuridad de la raza humana hasta los mitos primigenios de las culturas, los terrores sociales, urbanos, los tabúes y la exaltación de los prejuicios, el cine de terror ha nutrido su repertorio de motivos que se renuevan con la misma rapidez con que los seres humanos superamos nuestros terrores”.  
 
Nuestro colaborador Diego Yépez  expone la vida y obra de uno de los escritores más destacados, dentro del género de la ciencia ficción: Stanislaw Lem. “Considerado junto a su coterráneo Witold Gombrowicz el más grande renovador de la lengua polaca del siglo XX, su obra supera los parámetros de la ciencia ficción y la literatura fantástica“, tanto desde el plano estilístico como por su capacidad de especular acerca de los límites inmanentes al pensamiento humano en su relación con el Cosmos”, enfatiza Diego Yépez.

Finalmente en nuestras ventanas de música, cine y literatura, se realiza una lectura de la novela de Orlando Pérez, “La ceniza del adiós”, así como una reseña de la banda musical Rammstein y de la película “Superman”.