Si bien el yoga es una técnica universal, son varios los tipos de prácticas que nacen a partir de esta disciplina. Cada una de ellas integra posturas, formas de respiración y ejercicios diferentes. En algunos casos, los movimientos son más lentos y en otros más ágiles pero el propósito es el mismo: alcanzar el equilibrio mental, físico y emocional.

El Hatha Yoga, por ejemplo, demanda más esfuerzo, aporta firmeza a los músculos y elasticidad. Es uno de los métodos más conocidos. Quienes lo practican aseguran que abarca mucho más que las posturas de yoga. En realidad, incluye un rango de métodos de purificación para la mente y el cuerpo.

También está el Kundalini Yoga, considerada una técnica que facilita el desarrollo de todas las potencialidades del ser humano. Es una herramienta que, según sus seguidores, también ayuda a elevar la conciencia. En muchos países, el yoga dejó de ser algo místico para convertirse en una práctica de masas.

A principios de este año, Tara Stiles, autora de los best-sellers Slim Calm Sexy Yoga y Yoga Cures (El yoga cura), atrajo la atención de los medios y de los aficionados a esta práctica al crear un método revolucionario: el yoga rebelde (Rebel Yoga en inglés).

Según un artículo publicado en The New York Times, Stiles ha conseguido desmitificar el aura que tienen algunas clases de yoga y las ha simplificado para sus alumnos llamando a ciertos ejercicios por nombres que casi todos conocen. A los chaturangas los llama simplemente pectorales, y el sacro es la espalda baja.

Además, desestima los títulos de instructores de yoga repletos de sellos, y prefiere observar a sus alumnos en acción. En varios blogs, como Runners.es se la menciona como la nueva gurú del Yoga. En sus clases —advierten— no se habla de mantras, de tradiciones hindúes o emociones, y no se canta. Prácticas y rituales, que a veces no convencen a quienes deciden asistir por primera vez a una sesión de yoga.

Tara Stiles ha popularizado aún más el yoga y lo ha acercado a la gente eliminando la parte espiritual y centrándose en la física y en todos sus beneficios para la salud. Su técnica es reconocida, porque en ella lo más importante es la no-conexión espiritual. El trabajo se concentra en lo físico y este también exige concentración como ocurre con cualquier otra disciplina deportiva. Sus métodos menos ortodoxos han provocado y un sinnúmero de reacciones, sobre todo, entre los instructores de esta técnica, quienes advierten que el yoga de Stiles es casi una herejía, una práctica desvirtuada de esta milenaria disciplina. Aseguran que esta exmodelo ha converido al yoga prácticamente en una clase de gimnasia.

Jennilyn Carson, el bloguero conocido como ‘Yogadork’, habla sobre cómo Stiles toma esta práctica como un método rápido para perder peso y de “los practicantes profundos que sienten que esto es una falta de respeto a lo que la práctica realmente es, un estilo de vida”. Linda Sama describe el libro de Stires como “una traición completa del todopoderoso dólar”. “Ni traten de venderme la excusa del yoga para las masas, es patético, y francamente debería avergonzarse de haberse puesto en ese lugar”, escribió en su blog Linda’s Yoga Journey. Aunque las críticas no han cesado, su técnica es, a todas luces, provocadora, porque elimina la dimensión filosófica y espiritual del yoga, por lo tanto, aleja el método de su esencia, pero también lo vuelve más atractivo para mucha gente a la que le gusta la ejercitación física.

A este público, ávido por mantenerse en forma, no siempre le gusta que le hablen de chakras, emociones u otros términos propios de las clases de yoga convencionales. Su técnica también busca ayudar a la gente a perder peso, ya que activa el metabolismo y, si se practica de forma intensa —lo cual puede incluir movimiento y saltos— se pueden quemar muchas calorías. Carmen Granda se enteró de esta técnica que ha cobrado mucha fuerza en Estados Unidos, a través de Internet y se han convertido en una seguidora de Stiles. “Hace unos años asistí, por recomendación de una de mis mejores amigas, a una clase de yoga y después de 2 o 3 sesiones perdí el entusiasmo. Tiré la toalla rapidito. Conocía poco de los chakras y de los maestros yoguis, aunque quería cultivar mi lado espiritual, también quería bajar unas libritas”. Después de abandonar el yoga, decidió inscribirse en clases de gimnasia y su figura —asegura— está más tonificada.

En el canal YouTube ha encontrado varios videos de Tara Stiles y los practica en las primeras horas de la mañana. “El yoga con ella se ve diferente, es como más refrescante, más moderno. Cuando asistía a las otras clase de yoga me sentía un poco aburrida, fuera del lugar”, comenta. El método propuesto por Stiles no es tan estricto como puede ser el yoga más puro: el cuerpo se mantiene en movimiento durante toda la clase, sin permanecer más de un par de segundos en cada postura.

Al ver algunos videos de sus clases, es posible constatar que en sus sesiones, ella da indicaciones, corrige posturas, alienta a los alumnos y, en ocasiones, incluso hace bromas. Quienes no ven con buenos ojos esta práctica dicen que esta joven, exmodelo, no supo comprender la importancia del yoga más puro y simplemente encontró un producto que se vende bien. En realidad, ella propone una técnica para mantenerse, pero consiguió lo que muchos yoguis no pudieron: entrar en los hogares de miles de personas, no solo en EE.UU., sino del mundo, a través de sus videos caseros colgados en Internet que tienen títulos sugerentes, como ‘Yoga para la resaca’ y ‘Yoga del sofá’.

Un artículo publicado en el diario La Nación de Argentina, revela que en la década transcurrida desde que llegó a Nueva York, Stiles hizo un negocio al romper las reglas. Rechazó la escena de yoga elitista de la ciudad —que le recordaba a ciertas compañeras del secundario, descalzas y respirando incienso— y se negó a jurar lealtad a un maestro. Cobra $ 10 por clase, lo cual es una verdadera ganga en Manhattan, Nueva York. “La gente necesita yoga, no otro líder religioso. En Nueva York los instructores quieren convertirse en líderes religiosos, y no es útil. Nunca fui invitada, así que armé mi propia fiesta”.

Tara:

Esta joven es una exmodelo. La describen como una mujer con extremidades tamaño rascacielo. Se concentra en los aspectos físicos y de salud del yoga, no en la filosofía.

Es propietaria del instituto Strala Yoga en el NoHo, barrio neoyorquino. Construyó una marca poderosa de yoga, con nada menos que Jane Fonda y Deepak Chopra entre sus devotos.

Esta joven sube videos casi semanalmente a YouTube. Ahí, tiene un canal con cerca de 200 videos que han recibido 4 millones de visitas aproximadamente.

Hace poco, publicó, junto con Chopra, la aplicación para iPhone Authentic Yoga, y los 2 hicieron un video que será editado este año.

Ella no intenta atraer a la élite de puristas del yoga. Ella va por los bomberos de Long Island que se sienten intimidados por la clásica música new age.