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El Telégrafo
Juzz Pincay Pazmiño

La maternidad será deseada o no será

28 de septiembre de 2021

En este mismo espacio, meses atrás, se publicó «Es Ley», columna que fue dedicada a todas quienes hicieron posible que hoy el aborto por violación esté despenalizado en el Ecuador. Ahora mismo, las organizaciones de mujeres vigilan de cerca la ley que garantizará el acceso a este derecho por el que se peleó, con el cuerpo y el corazón, en las calles, en los medios, en los curules.

Se dio un gran primer paso, pero continuamos en el sendero hacia la construcción de una sociedad más justa con las mujeres. Hoy, 28 de septiembre, en el día global por el aborto legal y seguro es necesario que reflexionemos, una vez más, sobre el papel del Estado frente a la autonomía de nuestros cuerpos; sobre las voluntades patriarcales que por siglos continúan regulando nuestras decisiones e individualidad, y sobre la nula visión feminista con la que los gobiernos manejan el país. Estas reflexiones son necesarias y urgentes para que la discusión alrededor del acceso al aborto continúe en la agenda.

¿Por qué no podemos decidir sobre nuestros cuerpos y sobre nuestro proyecto de vida? ¿Por qué nuestra vida continúa siendo invisibilizada por la subjetividad del resto? ¿Por qué si no quieren que el aborto sea una opción se continúan resistiendo a la educación sexual integral? ¿Por qué reducen la vida de las mujeres a la maternidad? ¿Por qué nuestra existencia como seres humanas con sueños e historia es menos valiosa cuando quedamos embarazadas? ¿Por qué siguen gritando ‘Sí a la vida’ cuando la vida de la mujer embarazada es la que menos les importa?  ¿quién está del lado de las mujeres?

La legislación restrictiva en materia de interrupción del embarazo no ha logrado que las mujeres dejen de abortar, y la clase tiene mucho que ver. Las mujeres de clase media alta pueden irse del país a lugares donde el aborto es legal, mientras quienes no tienen los recursos económicos recurren a otros métodos que podrían poner en riesgo su vida y se exponen a una criminalización injusta.

Marcela Lagarde, académica feminista, nos dice que: «al recurrir al aborto las mujeres hacen, de hecho, una clara opción por su propia existencia. Ya han elegido. Y en el más transgresor y complejo de los actos se han concedido la primacía vital frente a cualquier otra consideración e interés. Han hecho un acto de justicia. Han reparado, por cuenta propia, lo que normas y custodios patriarcales desestiman»

Hoy las mujeres feministas nos encontramos nuevamente para exigir aborto legal y seguro en Ecuador. Hoy les recordamos que estamos atentas para desarmar los discursos y prácticas patriarcales que ponen en riesgo nuestro derecho al acceso al aborto en casos de violación. Hoy gritamos que en Guayaquil y el país, más temprano que tarde, el aborto será ley. Hoy vamos a oxigenar a esta ciudad violenta con energía feminista. Hoy quisiera recordarles que la maternidad será deseada o no será. Nos vemos en las calles. Será ley.

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